lunes, 10 de noviembre de 2014

PREVARICACIÓN, DESOBEDIENCIA Y MALVERSACIÓN

                        Se trata de tres delitos, muy graves, que, en teoría, pueden acarrear serias condenas para cualquier gobernante o funcionario. Un delito de prevaricación, desobediencia o malversación no es asunto baladí; cometer dos de ellos o los tres, figúrenselo. Es lo que, al parecer, la Justicia (pongámoslo con mayúscula) está estudiando pues, tras el simulacro vergonzoso del 9-N, parece que, de entrada, hay más que claros indicios de que determinadas autoridades, incluso jactándose de ello, han podido cometer no uno ni dos, sino hasta los tres delitos citados, cuando no alguno más. Estamos pues ante supuestos muy graves y, por tanto, no es cuestión de enredarnos en si “votaron” (por decir algo) dos millones, tres o todos los catalanes y extranjeros a quienes arbitrariamente les concedieron “derecho” a voto; ni si el 9-N, como dice ahora Mas y sus colegas, ha sido un “éxito total” por lo que acusa a Madrid de “miopía”; ni si, como dice el Ministro de Justicia, se ha tratado de un “simulacro inútil y estéril”; ni si, como considera algún juez, retirar las urnas era “desproporcionado”, aunque no suponga que no se investiguen a posteriori posibles delitos (a ver si es verdad); ni si los votantes (aunque durante los próximos quince días puedan ser más) sólo son un tercio de los llamados a votar; ni si alguno de los que votaron dice que votó “dos veces”; ni si hay un problema político, que nadie duda, y, por tanto, hay que actuar a marchas forzadas para satisfacer a los independentista catalanes casi pidiéndoles perdón por oponernos a su antidemocrático proceso; ni, en definitiva, a una serie de elucubraciones mentales por el estilo. Es cuestión, simplemente, y al margen de todos los problemas políticos que se quiera, de que no pueden ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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