Es la propuesta de Artur Mas. Y se queda tan
pancho. Tan fácil como cuando a alguien le duele la cabeza y se toma una
aspirina para que se le calme el dolor. El president sólo adelantará elecciones
en Cataluña si alcanza el consenso necesario para cometer una nueva ilegalidad,
como si ya no acumulara bastantes ilegalidades. La nueva ocurrencia ilegal de
Mas consiste en formar una lista de unidad nacional soberanista y, para ello,
hasta está dispuesto a sacrificarse y dejar que la encabece otro. Tras la
ilegal consulta plebiscitaria, el ilegal gobierno resultante, en caso de lograr
la mayoría absoluta (cualquiera se fía de tanta ignominia totalitaria),
negociaría hasta finales de 2016 la secesión de Cataluña en una especie de
órdago definitivo para conseguir la independencia aunque sea con la mitad más
uno; y a la otra mitad menos uno de catalanes que les parta un rayo. Si al
final los catalanes caen en su trampa saducea, Mas y los suyos tan contentos.
Cada partido vota, como siempre, su programa de gobierno autonómico para la
próxima legislatura con el objetivo de mejorar la situación de los catalanes,
mientras la supuesta candidatura soberanista, consensuada entre los partidos
independentistas, pregunta por un único programa consistente en “si Cataluña
debe ser un Estado independiente”. El resto de asuntos puede esperar. Mitad más
uno, y hecho. Me independizo, a ser posible, sin llevarme conmigo la parte de
la deuda que a Cataluña le correspondería (y es cuantiosa teniendo en cuenta
que su peso económico en España supone casi un 20%), con el beneplácito de las
autoridades españolas y europeas, con el BCE dispuesto a todo tipo de ayudas,
obviamente manteniendo el euro como moneda, y con el aplauso de la comunidad
internacional en su conjunto ya que lo saludable es que ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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