20-D, GUERRA DE NERVIOS

                        A medida que avanza la campaña electoral y los sondeos no apuntan de forma clara a un decantamiento hacia unos u otros, sino, como mucho, a variables tendencias, se desata una evidente guerra de nervios, por lo que la indecisión de la campaña intensifica el fuego cruzado entre los candidatos que endurecen sus críticas para desbancar a los rivales ante la evidente incertidumbre de los resultados. Cualquier gesto o acontecimiento inapropiado vale como blanco inequívoco de las críticas, mientras todos, incluso Garzón, de IU, hablan de dar un vuelco en la encuesta definitiva del 20-D y hasta Rajoy augura “sorpresa” ante una remontada en los sondeos internos. Ciudadanos plantea un polémico cambio de las penas por machismo consistente en eliminar la pena agravada a maltratadores lo que levanta críticas al extremo de que han tenido que salir al paso para evitar interpretaciones tergiversadas sobre el asunto. Podemos promete un referéndum en Cataluña en menos de un año, provocando que Susana Díaz y Albert Rivera carguen contra el guiño de Iglesias a los soberanistas, mientras Luiz Inácio Lula da Silva, ex Presidente de Brasil, dice que le “gustaría que Podemos consiguiera un gran éxito”, lo que, observando la catastrófica situación de su país desde que está gobernado por su ideología política no sé si es positivo o negativo para Iglesias y compañía. En todo caso, Podemos revisa al alza sus expectativas electorales por la debilidad del PSOE, cuyo líder en una semana de caravana electoral ha pasado, mediática y demoscópicamente, de disputar el primer puesto a Rajoy a defender el segundo frente a Rivera y a mirar con el rabillo del ojo a Iglesias que, curiosamente, ha iniciado una cierta remontada. Entretanto Rajoy, “optimista” espera “a que los demás se desinflen”, mientras Felipe González sale a rescatar a Sánchez y en el PSOE arrecian las críticas por fiar todo al “cara a cara” con Rajoy; no en vano la fuga de votos del PSPOE hacia Ciudadanos se ha duplicado desde las elecciones catalanas, pues el trasvase de electores socialistas a Rivera ha pasado de 448.000 en octubre a 847.000 en diciembre, datos que, de confirmarse en las urnas, serían trágicos para los socialistas. Y en la encuesta por comunidades, en... (sigue leyendo en

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