Mientras la denuncia del
empresario francés, que acusa a Felip Puig de cobrar comisiones, llega al TSJC,
prosiguen los detalles del ya conocido como “Caso Rato”, cuyas penas, en caso
de comprobarse las acusaciones, podrían suponerle hasta 16 años de prisión,
mientras el afirma que tiene “tranquilidad mental” y muestra “control de todos
sus actos y una ineludible colaboración con la Justicia”, asegurando que no
tiene ninguna sociedad en paraísos fiscales, ni tiene fondos fuera de Europa.
Por su parte, el juez bloquea sus cuentas y Anticorrupción critica las
diligencias, mientras Bankia le pide 133 millones de una fianza por el caso de
su salida a Bolsa y Hacienda, que le investigaba por blanqueo desde 2013,
asegura que su deber es aplicar la ley y “no expresar sentimientos”. Por lo
visto el cruce de su declaración de bienes en el extranjero y la de la amnistía
fiscal delató las presuntas irregularidades de Rato que posee un patrimonio de
unos 27 millones de euros y un hotel en Berlín, saliendo a la luz más datos
como el IRPF defraudado por el ex ministro de Hacienda, precisamente, y su
familia (1.429.313 euros) o el fraude al impuesto de sociedades en los últimos
tres ejercicios (939.741 euros), como que 2.884 euros es lo que tributaron él y
su familia en 2013 por intereses y dividendos. Hacienda, por su parte, se
centra en la investigación de la ex mujer del ex Vicepresidente, y la Agencia
Tributaria asegura que “tiene pruebas suficientes” de los presuntos delitos de
Rato, al que seguía el rastro desde hace más de un año, en tanto que la
vicepresidenta Santamaría entiende que “el caso Rato es un asunto particular”,
lo que, en todo caso, no supone que ello repercuta en el PP. En fin, es el
aperitivo de lo que en días sucesivos tendremos que seguir digiriendo en esta
putrefacta bacanal a la que nos invitan desgraciadamente nuestros ilustres
políticos casi a diario. Es obvio que o miente... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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