Comparece
José Antonio Griñán ante el Tribunal Supremo para declarar voluntariamente como
imputado por el escándalo de los ERE fraudulentos, anticipándose al
requerimiento del tribunal, previa autorización de las Cortes como es
preceptivo cuando se trata de imputaciones a aforados, y no se considera
responsable del “gran fraude” que, al menos, reconoce que existió. Con dos
frases contundentes, “No creo que hubiera un gran plan, pero sí un gran fraude
y eso significa que algunos controles pudieron fallar” y “Los ERE, una
barbaridad; mi conducta, irreprochable”, despacha el asunto y se queda tan
fresco, aunque, menos da una piedra, pues hay que recordar que, cuando se
publicaron las primeras noticias del caso, desde las más altas instancias de la
Junta de Andalucía, concretamente Manuel Chaves, también imputado como Griñán y
en vísperas de comparecer ante el TS, sostenían que, en todo caso, “era un
asunto de tres o cuatro golfos” y no ese “gran fraude” (masivo, diría yo) que
ahora reconoce su compañero Griñán, quien, no obstante, elude cualquier tipo de
responsabilidad política o jurídica en el mismo, argumentando que si dimitió
como Presidente de la Junta fue para no dañar la imagen del Gobierno autonómico
(como si el daño no fuera en sí mismo la existencia de tan “gran fraude”) y que,
durante su gestión como Consejero de Economía y Hacienda (2004-09) o como
Presidente (2009-13), jamás cometió ninguna irregularidad. Simplemente, no se
enteró de nada durante... (sigue leyendo en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario