Un alumno de trece años
conmociona a Barcelona, a Cataluña y a toda España al asesinar en un instituto
de la ciudad condal a un profesor y herir a otras cuatro personas, al parecer
al grito “¡Tengo que matar a más!”, hasta ser reducido finalmente por un
profesor de gimnasia mientras preparaba un cóctel molotov. Ahora todo el mundo
se pregunta por qué un menor tan joven, casi un niño, es capaz de cometer
semejante atrocidad, sin ninguna razón aparente y sólo con el objetivo de
matar. Se había presentado en el instituto con una ballesta, un puñal y ropa de
camuflaje, como sucede en muchas películas y videojuegos, incomprensiblemente al
alcance de menores, que incitan a la violencia y sin cortapisas se venden en
los mercados o se descargan desde internet como si tal cosa. Según la Generalitat
el adolescente, que vivía en un barrio de clase media (su padre es profesor y
su madre médico), sufrió un “brote psicótico”, mientras los expertos mantienen
que en tal caso no suelen aparecer por sorpresa sino que previamente una serie
de extrañas conductas sirven como síntomas del mismo. En definitiva, este
horrendo crimen de Barcelona eleva a un nivel insólito la violencia escolar,
mientras los profesores vienen pidiendo más controles para evitar las
agresiones de alumnos, entre ellos y de ellos contra los docentes, sin que
nadie ponga coto a esta violencia escolar “in crescendo” que hace cada vez más
difícil la tarea educativa. Además, la Ley del Menor impide imputar al autor,
lo que, una vez más, reabre el debate sobre dicha Ley que, en todo caso, jamás
debiera revisarse en caliente ya que, al margen de la rebaja o no de la edad
penal, el problema es muy complejo y obedece a ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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