Contra todo pronóstico
el republicano Donald Trump ha ganado las presidenciales en EEUU derrotando a
la demócrata Hillary Clinton, lo que, de entrada me hace pensar en lo que dirá
la ex ministra socialista Leire Pajín al conocer la noticia, pues, si en su día
habló de conjunciones planetarias benéficas cuando llegó al poder Obama con
Zapatero gobernando en España, ahora tras la llegada de Trump al poder en EEUU
y con Rajoy gobernando en España deberá estar hablando seguramente de un
cataclismo sideral maléfico que augura todos los malos presagios no sólo para
EEUU y España sino para el resto del mundo mundial. Al final, ni tanto ni tan
calvo, ni entonces ni ahora y, tras los primeros tiempos de nerviosismo e
incertidumbre las aguas volverán a su cauce y la realidad, como en otras tantas
ocasiones, se impondrá ante las demagogias y amenazas, más o menos
desagradables, de personajes populistas y radicales, pues el poder y la
responsabilidad de gobernar, normalmente suele poner los pies en el suelo de
quienes suelen moverse en las nubes, convirtiéndose en un elemento de
moderación indiscutible. Cierto que EEUU aborda ahora un futuro incierto tras
una campaña dramática a cara de perro en la que se han dicho barbaridades, dejando
un país dividido y polarizado, nada fácil de gobernar, lo que, de entrada,
pinta un futuro de cierto escepticismo; cierto también que ninguno de los dos
candidatos generaban entusiasmo alguno entre los ciudadanos; y cierto que
muchos análisis que se hacen en Europa, pensando en europeo y en las
estructuras políticas europeas, en términos de derecha o izquierda, sólo tienen
algo de parecido con lo que sucede en EEUU. Caer pues en exageraciones
ideológicas en estos primeros instantes es por tanto un error de bulto y habrá
que esperar el desarrollo de los acontecimientos, aunque, de momento, las
Bolsas y los mercados financieros hayan reaccionado negativamente ante la
incertidumbre de un nuevo tiempo frente al continuismo que representaba
Hillary, que ha perdido en los clásicos feudos demócratas y, obviamente, en el
cómputo global; no será la primera mujer en presidir los Estados Unidos,
obviamente. Es lógico pues que los mercados anticipen un cierto terremoto
político y financiero, con los republicanos controlando tanto la Cámara de
Representantes como el Senado, por las repercusiones políticas, económicas y de
seguridad que el “terremoto Trump” pudieran tener si nos atenemos a su lenguaje
montaraz y amenazador, pero no será el gato tan fiero como lo pintan. En todo
caso mientras Europa tiene razones sobradas para preocuparse, sobre todo en
asuntos de defensa y comerciales, China y Rusia confían con seguridad en un
repliegue en la política exterior norteamericana lo que sin duda les daría un
respiro. Algunos analistas consideran que... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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