viernes, 25 de noviembre de 2016

IDÉNTICO CRITERIO


                        La inesperada muerte de Rita Barberá y todas las circunstancias que la han rodeado abre una vez más la caja de los truenos política y mediática, desencadenando un debate público sobre los presuntos culpables de tan lamentable suceso. Que si ha sido el linchamiento mediático y político de los medios y partidos contrarios al PP, que si la cúpula dirigente popular al abandonarla a su suerte tras ser investigada, que si hay o no que garantizar la presunción de inocencia, que si una cosa es dicha presunción de inocencia y otra las responsabilidades políticas, que si… En fin un verdadero torbellino de opiniones para todos los gustos en un huracán de tertulias televisivas, artículos periodísticos, charlas y entrevistas radiofónicas y, por qué no, en charlas y discusiones en bares, restaurantes y tabernas. Todo ello adobado por determinados mensajes en las redes sociales que preñados de mal gusto y rozando lo delictivo evidencian las dosis de deshumanización de muchos sujetos. Que si Rita debiera haberse ido cuando fue imputada, que si cuando fue denunciada, que si cuando salió a la luz la presunta trama delictiva de financiación del PP, que si…. En fin, más de lo mismo. Y todo ello en medio de un tenso funeral al que, a título de amigo, asistió Rajoy, entre otros compañeros, diciendo “fue un enorme honor ser amigo de Rita” mientras el mismísimo cuñado de Barberá afirmaba que “ha muerto de pena y en esa pena la fundamental aportación la han tenido los suyos”, mientras su sobrina reprochaba que “esto no tendría que haber pasado”. Así las cosas, el Gobierno dice que “moralmente” duda del pacto anticorrupción, pues fuentes de La Moncloa creen que sólo debería exigirse la dimisión cuando se abra el juicio oral, aunque indican que respetarán el acuerdo firmado con Ciudadanos por estar en minoría, mientras anuncia que agilizará la instrucción judicial para evitar “casos Barberá”, negociando con C´s y PSOE acortar la duración de las causas para que no haya juicios políticos. Ha tenido que morir Rita para que nos demos cuenta del guirigay que hay montado en torno a la corrupción, de que la peor estrategia es la del famoso “y tú más”, la de arremeter contra la de los enemigos y tapar o justificar la de los amigos, la de la ley del embudo en cuanto a las responsabilidades políticas, mezclándolas con las responsabilidades judiciales, cuando, a mi juicio, lo más correcto, sería dejar actuar a los tribunales en lo que respecta a las jurídicas y establecer por ley un idéntico criterio para exigir a todos el momento procesal en que un presunto delincuente... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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