martes, 22 de noviembre de 2016

NACIÓN VASCA, SIN EFECTOS JURÍDICOS


                        Analizando el pacto de gobierno firmado entre PNV y PSE sólo cabe preguntarse si ambos partidos pretenden tomarle el pelo a los españoles, pensando que somos idiotas, o es que sus dirigentes son demasiado listillos y pretenden contentar a tirios y troyanos a la vez pactando la nada y vendiéndola como el todo. En efecto, en dicho pacto el PSE admite la “nación vasca” si no tiene efectos jurídicos lo que viene a suponer que todo quede como está (de momento) aunque los socialistas vascos, a nivel teórico, que no práctico, pisoteen la línea roja del PSOE sobre la unidad de España, acordando además con el PNV debatir sobre el “derecho a decidir” de la “nación” y reclamar el traslado de 400 presos etarras a la Comunidad Vasca, así como la transferencia de la Seguridad Social. Eso sí, todo ello dentro de la legalidad y conforme por tanto al “ordenamiento jurídico vigente en cada momento”. La Gestora del PSOE, con cierto malestar ya que prácticamente el PSE ha utilizado la política de hechos consumados, “estudiará con atención” lo que afecte al modelo de Estado, y Pedro Sánchez felicita a los socialistas vascos por el pacto de gobierno con la derecha nacionalista. En roman paladino y para que todo el mundo lo entienda, como el “ordenamiento jurídico vigente” en estos momentos es el que es, ni “nación vasca”, ni “derecho a decidir” ni nada de nada… pues obviamente, si en algún otro momento cambiase democráticamente el ordenamiento jurídico y lo permitiese, todo ello entraría en la más escrupulosa legalidad, pero, hoy por hoy, se trata de vender humo para tener a todos contentos, salvo que el PSE, políticamente hablando, sí apuesta porque Euskadi sea una nación, si legalmente es posible, en el futuro. Con semejante acuerdo el que no se contenta es porque no quiere; la insulsa vaguedad calculada del pacto da pie a todo tipo de interpretaciones y la realidad es que todo, absolutamente todo, sigue igual, máxime cuando en el acuerdo se reserva cada partido el derecho a defender sus posiciones sin problema alguno, centrando el objetivo en los asuntos económicos y del paro. Para tal fuego no se necesitaba tanta hojarasca. Por su parte la Generalitat lo tiene más claro y no necesita tanta hojarasca para moverse fuera del “ordenamiento jurídico vigente”, al extremo de que el Govern envía a la toma de posesión del nuevo delegado del Gobierno en Cataluña al “conseller” Raúl Romeva, que ejerce de representante ilegal de la Generalitat en el extranjero, y nada mejor para el desafío independentista que enviar a este ilegal “ministro de exteriores” catalán al acto presidido por... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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