Como era previsible con
un Gobierno en minoría parlamentaria es el Congreso de los Diputados quien
decide y manda respecto a la gobernabilidad en España y cada grupo
parlamentario deberá asumir la responsabilidad que le corresponda al respecto.
El Congreso vota a favor de elevar el salario mínimo al admitir a trámite, con
el voto en contra del PP, una proposición de ley para subirlo a 800 euros
mensuales en 2018 y a 950 euros en 2020. Por otro lado, Rajoy gira a la
izquierda para reformar las pensiones y acepta subir las cotizaciones a los
salarios altos, tal como piden PSOE y Podemos, además los Presupuestos asumirán
el coste de las pensiones de viudedad y orfandad, mientras el Gobierno estudia
la supresión progresiva de los regímenes especiales. Los PGE de 2017 aportarán
a las pensiones 2.100 millones, y según el Pacto de Toledo el Gobierno ahorrará
a la Seguridad Social las tarifas planas y reducciones por contratación. Por
otro lado Montoro rectifica a C´s y reducirá al menos 5.000 millones de techo
de gasto, mientras Rajoy hace ese guiño a PSOE y Podemos, ofreciendo eliminar
el tope máximo de las cotizaciones. Al final, como las lentejas, si quieres las
comes y, si no, las dejas, es el inexorable destino de un gobierno en minoría
parlamentaria: o tragas con lo que la mayoría decida o, sencillamente, dimites
y que de nuevo los españoles decidan quién y cómo ha de gobernar España. Los
españoles tendremos que habituarnos a ver como una serie de propuestas u
objetivos del partido que sostiene al gobierno, sin mayoría suficiente, son
rechazadas, o que iniciativas de la variopinta oposición prosperan de forma
inexorable. Quienes sostenían que permitir la investidura del candidato popular
era entregarse a la derecha en este caso, o mentían o andaban altamente errados
pues precisamente desde la oposición mayoritaria se pueden conseguir una serie
de objetivos (cuestión distinta es si ello es bueno o malo; el tiempo lo dirá)
que en ningún caso hubiesen sido pensables en caso de obligar a la repetición
de elecciones en su momento. Cuestión distinta es que si el Gobierno considera
que no es aceptable lo que el Congreso le mandata que ejecute pueda dimitir en
cualquier momento, pero obviamente tendría que comparecer ante los ciudadanos
explicando las... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario