miércoles, 23 de noviembre de 2016

EL CONGRESO MANDA


                        Como era previsible con un Gobierno en minoría parlamentaria es el Congreso de los Diputados quien decide y manda respecto a la gobernabilidad en España y cada grupo parlamentario deberá asumir la responsabilidad que le corresponda al respecto. El Congreso vota a favor de elevar el salario mínimo al admitir a trámite, con el voto en contra del PP, una proposición de ley para subirlo a 800 euros mensuales en 2018 y a 950 euros en 2020. Por otro lado, Rajoy gira a la izquierda para reformar las pensiones y acepta subir las cotizaciones a los salarios altos, tal como piden PSOE y Podemos, además los Presupuestos asumirán el coste de las pensiones de viudedad y orfandad, mientras el Gobierno estudia la supresión progresiva de los regímenes especiales. Los PGE de 2017 aportarán a las pensiones 2.100 millones, y según el Pacto de Toledo el Gobierno ahorrará a la Seguridad Social las tarifas planas y reducciones por contratación. Por otro lado Montoro rectifica a C´s y reducirá al menos 5.000 millones de techo de gasto, mientras Rajoy hace ese guiño a PSOE y Podemos, ofreciendo eliminar el tope máximo de las cotizaciones. Al final, como las lentejas, si quieres las comes y, si no, las dejas, es el inexorable destino de un gobierno en minoría parlamentaria: o tragas con lo que la mayoría decida o, sencillamente, dimites y que de nuevo los españoles decidan quién y cómo ha de gobernar España. Los españoles tendremos que habituarnos a ver como una serie de propuestas u objetivos del partido que sostiene al gobierno, sin mayoría suficiente, son rechazadas, o que iniciativas de la variopinta oposición prosperan de forma inexorable. Quienes sostenían que permitir la investidura del candidato popular era entregarse a la derecha en este caso, o mentían o andaban altamente errados pues precisamente desde la oposición mayoritaria se pueden conseguir una serie de objetivos (cuestión distinta es si ello es bueno o malo; el tiempo lo dirá) que en ningún caso hubiesen sido pensables en caso de obligar a la repetición de elecciones en su momento. Cuestión distinta es que si el Gobierno considera que no es aceptable lo que el Congreso le mandata que ejecute pueda dimitir en cualquier momento, pero obviamente tendría que comparecer ante los ciudadanos explicando las... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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