domingo, 6 de noviembre de 2016

EL PISITO DE ESPINAR


                        La cúpula podemita anda bastante revuelta desde que salió a la palestra la golfería de uno de sus miembros, Ramón Espinar, senador de Unidos Podemos, haciendo negocio personal con un piso de protección oficial en Alcobendas. Obviamente los hechos no son actuales pues solo hubiese faltado que se le hubiera adjudicado a dedo un piso protegido, como es el caso, con el sueldazo que disfruta hoy; los hechos se remontan a hace un lustro cuando el joven Espinar, sin recursos (salvo una beca de menos de 480 euros) y gracias a los “préstamos familiares” para la aportación previa (unos 60.000 euros), accede a un piso no por el turno de sorteo entre los solicitantes de vivienda protegida (el 85% del total del edificio) sino por el cupo digitalizador que se reserva la cooperativa promotora. Hasta aquí, nada que objetar, a pesar de coincidir que el padre de Espinar (uno de los investigados por el caso de las “tarjetas black) compartiera sillón en el Consejo de Cajamadrid con el alcalde que cedió los terrenos a dicha cooperativa y, por tanto, perteneciera a la “casta” capitalista, que su hijo, comprometido con movimientos de izquierda, criticaba rabiosamente al igual que al “régimen del 78” que tan benévolamente le trataba. En fin, coincidencias y cosas de la vida que a veces suceden. Sólo cabe objetar que a los pocos meses el actual senador, que ni siquiera llegó a habitar el pisito conseguido donde ni siquiera residía, lo pusiese a la venta porque no lo podía pagar consiguiendo una plusvalía de 30.000 euros (20.000 si descontamos los impuestos), cuando lo honesto y procedente en estos casos es la renuncia al mismo, previa devolución de lo aportado, para que dicha vivienda se le adjudique a otro joven necesitado como él que sí pudiera afrontar los pagos, en vez de venderla por 30.000 euros más cara, aunque, como dice hoy su comprador “yo hubiera hecho lo mismo” pues además la mayoría “pedía un montón de dinero en negro”… ¡Menos mal que la golfería del... (sigue leyendo en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/

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