A un solo día de la
reunión de Rajoy con Pedro Sánchez y a dos de hacerlo con Albert Rivera, los
dos únicos líderes de partidos constitucionalistas con capacidad real de
posibilitar la gobernabilidad de España, el frentismo anti-PP goza de buena
salud no ya desde el 26-J, sino desde el 20-D, por lo que podemos decir,
lamentablemente, “sin novedad en el frente”, con pocos riesgos de equivocarnos.
Para nada ha servido la fracasada experiencia de la inoportuna e innecesaria
investidura de Sánchez (sólo perceptible con el concurso de múltiples partidos
de diversos pelajes, incluidos independentistas y radicales) ni, lo que es
peor, el resultado de los nuevos comicios en junio en que los españoles
indicamos y aclaramos algo más el camino a seguir. Pero, ni por esas; no
aprendimos nada (a lo sumo el reconocimiento expreso por parte de todos de que
es el PP quien ha de gobernar, pero nadie hace nada por permitirlo). Así pues,
los mismos protagonistas, los mismos eslóganes y los mismos absurdos
argumentos, que nos conducirán inevitablemente a repetir las elecciones por
tercera vez; justo lo que, según dicen, nadie quiere. En todo caso, cabe
esperar (aunque ya prematuramente tanto el socialista como el centrista han
dado su enrocada respuesta) si, tras las inminentes reuniones, son capaces
entre los tres de buscar alguna vía de desatasco a esta incomprensible ciénaga
de cinismos e irresponsabilidades, aunque sea “in extremis” y, en caso
contrario, que al menos se negocie (si es que acceden a negociar) con luz y taquígrafos
para que los españoles, si es que tenemos que ir a nuevas elecciones, sepamos
concretamente qué medidas concretas impidieron el acuerdo, qué argumentos se
usaron para el desacuerdo y qué alternativas se pusieron encima de la mesa para
ser debatidas. No es descabellado que, según sondeo de NCReport, el 80% de los
españoles exige a los políticos que no tomen vacaciones hasta que haya
gobierno, que es, entre otras cosas, para lo que se les elige y por lo que se
les paga. De momento, parece ser que Rajoy, además del documento enviado a los
partidos (y que se sepa, sin respuesta alguna, esperando que en las reuniones
éstas sean dadas), ofrece negociar 125 puntos del pacto firmado entre PSOE y
Ciudadanos tras el 20-D, una buena base de partida para la negociación, junto
al programa electoral obviamente, esperando el candidato debatirlo en agosto, a
tiempo para permitir aprobar los Presupuestos y cumplir los objetivos de
Bruselas. Por su parte Felipe González vuelve a pedir a Sánchez que deje
gobernar al PP, aunque no lo merezca. Rivera, al menos, con su anunciada
abstención en segunda votación, no impediría la investidura. Esperemos que por
lo menos se despejen algunas incógnitas y con datos concretos, que no
generalidades teóricas, sepamos, por si se dieran... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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