sábado, 23 de julio de 2016

MIEDO A LA RESPONSABILIDAD


                        No acabo de entender si nuestros líderes políticos tienen miedo a la responsabilidad o es que están moviéndose por alguna de esas noventa regiones oscuras del cerebro que acaban de descubrir los científicos. Prefiero moverme entre estas dos hipótesis, pues una tercera, la de que nos estén tomando el pelo como si fuéramos idiotas, me parece imperdonable y, para no caer en el asqueo y la decepción más profunda sobre esta incomprensible forma de hacer política (con minúscula), prefiero descartarla. Agarrándome al clavo ardiendo de la esperanza, opto por el miedo a la responsabilidad para entender lo incomprensible, pues la fobia a ejercer la responsabilidad con todas sus consecuencias, son, como las demás fobias, trastornos mentales de inmadurez, susceptibles de recuperación si se aplica una adecuada terapia, mientras que las desorientaciones cerebrales por regiones oscuras, aun inexploradas por la ciencia, nos llevarían a deambular por inhóspitas regiones mentales sin horizonte conocido. Por tanto, partiendo de la idea de que en un sistema democrático los partidos políticos (salvo los que apuestan por destruir dicho sistema, que debieran ser desterrados como socios gubernamentales) son meros instrumentos al servicio de los ciudadanos para lograr beneficios colectivos y no entes con fines en sí mismos y en beneficio propio, es intolerable que, tras unas elecciones democráticas, sus líderes sean incapaces de ponerse de acuerdo sobre el principal de los deberes encomendados, que es garantizar la gobernabilidad del Estado. Y más aún cuando semejante anomalía democrática puede suceder tras unas elecciones repetidas, corriendo el riesgo de incurrir en idéntica irresponsabilidad que en la fallida elección anterior, a pesar de que en estos comicios los ciudadanos hemos vuelto a mandatar la necesidad de un acuerdo político y para facilitarlo incluso hemos aclarado más aún, por si quedaban dudas, que ha de liderarlo, como es razonable y habitual, el partido más votado, el PP en este caso, concediéndole en su nueva victoria electoral mayor distancia respecto a los demás. Pues ni así los líderes políticos perdedores son capaces de... (sigue leyendo en

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