No acabo de entender si
nuestros líderes políticos tienen miedo a la responsabilidad o es que están
moviéndose por alguna de esas noventa regiones oscuras del cerebro que acaban
de descubrir los científicos. Prefiero moverme entre estas dos hipótesis, pues
una tercera, la de que nos estén tomando el pelo como si fuéramos idiotas, me parece
imperdonable y, para no caer en el asqueo y la decepción más profunda sobre
esta incomprensible forma de hacer política (con minúscula), prefiero
descartarla. Agarrándome al clavo ardiendo de la esperanza, opto por el miedo a
la responsabilidad para entender lo incomprensible, pues la fobia a ejercer la
responsabilidad con todas sus consecuencias, son, como las demás fobias,
trastornos mentales de inmadurez, susceptibles de recuperación si se aplica una
adecuada terapia, mientras que las desorientaciones cerebrales por regiones
oscuras, aun inexploradas por la ciencia, nos llevarían a deambular por
inhóspitas regiones mentales sin horizonte conocido. Por tanto, partiendo de la
idea de que en un sistema democrático los partidos políticos (salvo los que
apuestan por destruir dicho sistema, que debieran ser desterrados como socios
gubernamentales) son meros instrumentos al servicio de los ciudadanos para
lograr beneficios colectivos y no entes con fines en sí mismos y en beneficio
propio, es intolerable que, tras unas elecciones democráticas, sus líderes sean
incapaces de ponerse de acuerdo sobre el principal de los deberes encomendados,
que es garantizar la gobernabilidad del Estado. Y más aún cuando semejante
anomalía democrática puede suceder tras unas elecciones repetidas, corriendo el
riesgo de incurrir en idéntica irresponsabilidad que en la fallida elección
anterior, a pesar de que en estos comicios los ciudadanos hemos vuelto a
mandatar la necesidad de un acuerdo político y para facilitarlo incluso hemos
aclarado más aún, por si quedaban dudas, que ha de liderarlo, como es razonable
y habitual, el partido más votado, el PP en este caso, concediéndole en su
nueva victoria electoral mayor distancia respecto a los demás. Pues ni así los
líderes políticos perdedores son capaces de... (sigue leyendo en
Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/)
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