Cuando apenas queda una
semana para el desbloqueo, ya que Felipe VI finalizará el próximo jueves la
ronda de consultas, Rajoy lanza su órdago que consiste, en definitiva, en
investidura ya o elecciones, que nadie dice querer y todos rechazan, mientras
intensifica su presión sobre Rivera para que se comprometa ante el Rey a
respaldar la formación de Gobierno. Rajoy quiere ser presidente, porque España
ya lo necesita, en la primera quincena de agosto para poder aprobar los
Presupuestos y, entre otras cosas, actualizar las pensiones. Y, de no ser así,
Rajoy sopesa, aunque no sea lo más razonable, retrasar la investidura si Rivera
no le apoya, pues La Moncloa reconoce la dificultad de la negociación, que
quizá necesite “una o dos semanas más” hasta lograr el “sí” de Rivera, quien se
sigue manteniendo en la abstención y manifiesta que va “a decirle al Rey que le
pida a Sánchez la abstención” (como si se tratara de una petición a los Reyes
Magos y desconociendo que esa no es la función del Rey), mientras apela al
falso pacto PP-PDC para no votar “sí” a la investidura y forzar así a los
socialistas a abstenerse como mínimo ante la suma de 170 escaños (PP-C´s y CC).
Por su parte el Rey acorta los plazos para favorecer un acuerdo rápido y
convoca a los partidos, ya ven, para la próxima semana, mientras que seis ex
ministros socialistas, entre otras personalidades, urgen en un documento a “poner
fin a este improrrogable sin gobierno” y que haya Gobierno cuanto antes, por lo
que Rajoy buscará un pacto hasta el último día aunque en el PP crece el
desánimo y consideran que “España está en manos del PSOE” y en determinados
círculos se especula con que lo que pretende Sánchez es una investidura fallida
de Rajoy y luego “in extremis” presentarse a la investidura con el argumento de
evitar nuevas elecciones y a la espera de que el resto de partidos decidan
darle su apoyo para evitarlas. Una estrategia que, en caso de ser cierta, sería
una verdadera locura desde el punto de vista democrático y hasta desde lo que
dice el mero sentido común, pues él, perdedor de las elecciones y sólo con 85
escaños, tiene la oportunidad de evitarlas simplemente con su abstención a que
sea investido Rajoy. Ya ven a qué niveles de incompetencia e inmadurez política
estamos en estos momentos. ¿No hay nadie en los partidos políticos que haga
ver a sus inmaduros... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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