miércoles, 8 de junio de 2016

SUPLANTACIÓN DE IDENTIDAD POLÍTICA


                        El afán de Pablo Iglesias de apropiarse en beneficio de Podemos de la etiqueta “socialdemócrata” de cara a la inminente campaña electoral provoca no pocos conflictos internos y con el PSOE, genuino representante del socialismo democrático e integrado por tanto en la Internacional Socialista. En efecto, la diarrea mental ideológica que conforma Podemos al integrar tan diversas ideologías en su seno con el afán de diluirlas en un populismo radical de izquierdas ha llevado al PCE, alma mater de IU, recientemente integrada en Unidos Podemos, a iniciar un boicot al “maquillaje” socialdemócrata de Iglesias, mediante una campaña en las redes sociales bajo el eslogan “somos comunistas” para reivindicarse como lo que siempre han sido y, por tanto, desafiando al líder podemita, aunque hay que decir que en dicha campaña ni Garzón, ni IU participan, evidenciando su disgusto por la misma. Asimismo el intento de Iglesias de apropiarse de la etiqueta del socialismo democrático en la campaña electoral con el único afán de robarle votos, suplantando así la identidad ideológica del PSOE, provoca que figuras históricas y actuales del partido respondan a Pablo para defender su identidad socialdemócrata ante Podemos, que, por otro lado no tiene reparo alguno en mostrar sus dientes de lobo comunistas bajo la apariencia de piel de cordero socialdemócrata cuando se trata de oponerse a la oposición venezolana, volviendo sus afines a boicotear un acto suyo en la Puerta del Sol, organizado por la Asociación Civil de Venezolanos en España, al grito desafiante de “¡Viva Chávez!” u oponiéndose a pedir la libertad del preso político Leopoldo López (cuyo partido pertenece a la Internacional Socialista) al rechazar, junto a IU, pactar una resolución de la Eurocámara, que hoy exigirá también a Maduro respetar el legal referéndum recovatorio que pide la Asamblea de Venezuela, mayoritariamente opositora tras haber ganado las elecciones, con el cínico y demagógico argumento de que la UE “sólo busca desestabilizar a un país hermano”, cuando de lo que se trata es de que en dicho “país hermano” se recupere la libertad y la dignidad de su pueblo. Resulta patético Alberto Garzón cuando, en consonancia interesada con Iglesias, sostiene que en Venezuela no hay dictadura y que “Leopoldo López es un golpista”, aunque no debiera sorprendernos su postura, que está en genuina consonancia con el comunismo más rancio, lo que sorprende es que no reaccione, como hace el PCE, ante el intento de... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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