La diputada laborista de
42 años de edad, Jo Cox, ha sido asesinada tras ser tiroteada, apuñalada y
pisoteada en la calle, tiñendo de sangre la campaña del referéndum sobre el
Brexit; el presunto asesino de la diputada proeuropea, Tommy Mair,
probablemente un fanático, que ha sido detenido tras el trágico suceso, según
testigos del mismo, lo cometió al grito de “¡Gran Bretaña primero!”, lo que, en
caso de confirmarse y al margen de otras circunstancias, que se están
investigando, lo relaciona directamente con la guerra dialéctica desencadenada
entre los británicos a favor y en contra de la permanencia de Reino Unido en la
UE, que divide peligrosamente a la sociedad británica en estos momentos hasta
extremos insospechados. La Policía investiga pues si detrás del crimen hay un
móvil político, mientras los expertos apuntan, en todo caso, a un giro a favor
de la permanencia en la Unión por el impacto del crimen de Yorkshire y los
empresarios británicos defienden las ventajas de dicha permanencia; por su
parte Europa retrasa algunos proyectos, como la reforma del asilo, hasta que se
conozca el resultado del referéndum. Y en este enrarecido ambiente, los
partidos políticos, ante el suceso, han suspendido sus actos programados,
incluido el mitin de Cameron en Gibraltar, cuya presencia en el Peñón había
entrado de lleno en la campaña electoral del 26-J en España convirtiéndose en
asunto de debate político; en todo caso, Cameron, suspendido el mitin, se ha
reunido con Picardo, mientras Rajoy reivindica que el Peñón “es español gane o
pierda el Brexit”. De todas formas, al margen del esclarecimiento de tan
trágico suceso, conviene reflexionar sobre el auge de irracionales
ultranacionalismos populistas que están proliferando en demasiados países de la
UE, amenazando seriamente su propio futuro y el de la Unión, así como el de
determinados gobiernos que con cierta irresponsabilidad, en nombre de la
democracia, delegan demasiados asuntos en la decisión directa de los
ciudadanos, mediante refrendos sobre asuntos de marcado corte irracional o
sentimental que, en caso de irse de las manos puede acarrear gravísimas
consecuencias para todos. Valga el ejemplo de Reino Unido (por no citar otros
casos), que jamás fue un pro-europeísta convencido y siempre estuvo reticente a
los avances de una Unión Europea políticamente sólida (ni siquiera forma parte
de la unión monetaria) y que con un... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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