domingo, 12 de junio de 2016

RAJOY EN EL PUNTO DE MIRA


                        Asumido en principio el preocupante escenario político respecto a la futura gobernabilidad del Estado que dibujan todas las encuestas, no ya el PP, al que todos los comicios señalan como el partido más votado (que no el ganador, según la nueva moda instalada en nuestra democracia), sino concretamente su líder, Mariano Rajoy, es el punto de mira al convertirlo, insólitamente, en la víctima personal propiciatoria para que unos y otros puedan salvar los muebles del manifiesto fracaso conjunto democrático en el que nos hemos metido, señalándole como el precio a pagar por la gobernabilidad y el castigo a cobrar por no obtener mayoría absoluta. Y a tal efecto, como aval del insólito fenómeno de que debe irse el líder de un partido (en este caso el PP de Rajoy), elegido por su militancia, al que ningún otro partido es capaz de ganarle en votos, aparece en plena campaña electoral una encuesta según la cual la mayoría de los votantes de este país, un 74%, son partidarios de que se vaya Rajoy (según sondeo de Metroscopia, dice sí el 57% de los votantes del PP, el 78% de los del PSOE, el 76% de los de Unidos Podemos y el 91% de Ciudadanos). Aunque no sabemos qué porcentaje sacaría cada uno de los líderes de los partidos perdedores, respecto al partido ganador, sí podemos concluir que, al margen del partido que sea y al margen de las preferencias políticas que cada uno tenga, por esta regla de tres nos estamos cargando directamente la propia esencia de los partidos políticos como instrumentos de encauzamiento ideológico voluntario de la ciudadanía ya que despojamos realmente a la militancia de su soberana decisión interna de elegir, según los procedimientos internos que tengan, a las personas que han de liderar sus programas y proyectos, con lo que éstos, dando un paso más y por idéntica razón, debieran quedar sometidos también a lo que, supuestamente, digan las encuestas, lo que, siguiendo tan insólitos derroteros nos llevaría finalmente, permítanme la exageración, a suprimir las elecciones y, obviamente, a cargarnos la democracia para sustituirla por la opinióncracia. En fin, como también se publica, según NCReport, que en Andalucía, por ejemplo, el centro derecha sube en porcentaje de voto pero pierde un escaño de Ciudadanos (por un lado, la unión de Podemos-IU hace perder un escaño a C´s en Sevilla y otro al PSOE en Jaén; por otro lado PP y PSOE casi empatan y conseguirían 21 diputados cada uno frente a los 12 de Unidos Podemos y los 7 de Ciudadanos), cabe preguntarse por qué, si eso es lo que quieren los votantes según los sondeos (como en el caso de la marcha de Rajoy), no se da por hecho y, dando por válida semejante opinión, nos ahorramos las elecciones. Una “boutade” ¿verdad? En efecto, al igual que pretender que en los partidos políticos no sean los militantes, sino los ajenos al partido, militantes o simpatizantes de otros partidos, quienes decidan quién debe ser su líder. Si estas son las claves de la “nueva política” estamos arreglados. ¿No es más razonable que el PP, como los.... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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