jueves, 9 de junio de 2016

PODEMOS Y EL CATÁLOGO DE IKEA


                        Originalidad, lo que se dice originalidad, que digamos, no es el punto fuerte de los dirigentes de Podemos, acostumbrados a importar a España no sólo los slogans, sino además las formas y los métodos del chavismo venezolano, régimen autoritario al que tanto asesoraron y con el que colaboraron en su consolidación para mayor angustia y ruina del pueblo de Venezuela. Si en su día el chavismo tuvo éxito a la hora de ilusionar a los venezolanos, ¿por qué los mismos métodos, las mismas formas y los mismos eslóganes no van a tener idéntico éxito entre los españoles?, debieron preguntarse. Y no fueron muy desencaminados hasta ahora a tenor del poder conseguido en su camino para tomar el cielo por asalto. Pero la sangrante situación de Venezuela y la de Grecia, sus modelos a imitar, que han irrumpido en la precampaña electoral española, requiere nuevos esfuerzos para engañar a los ciudadanos y desviar su atención, ya que las encuestas no les dan mejores resultados que los obtenidos el 20-D entre Podemos e IU, ahora en Santa Hermandad. Por tanto, una vez más, descartando la originalidad, pero no la ocurrencia, han debido pensar que si los catálogos de Ikea tienen éxito de ventas, por qué no utilizarlos para vender las ofertas electorales con los mismos criterios comerciales, pues, al fin y al cabo, según Errejón, los programas políticos importan bien poco. Y así llegan las ofertas de verano de Podemos para que los españoles compren el “leninismo amable” de Monedero gracias a la propaganda de un amable catálogo, similar al de Ikea, en el que cada oferta electoral va acompañada de fotografías de los candidatos haciendo tareas domésticas cotidianas para colar de forma amable un alza masiva de los impuestos, para camuflar 60.000 millones de gasto público, inaceptables por Bruselas como sucedió en Grecia, que dispararía más aún el déficit y nos llevaría, como en Grecia o Venezuela, a una situación ruinosa de difícil recuperación. Eso sí, te la cuelan de forma amable, retocando algunas de las medidas más radicales en materia de déficit y gasto público, apostando por la lucha antifraude como la panacea de la solución cuando los expertos dudan de que, aunque hay que hacerla, reduzca el déficit, aumentando el tipo máximo del IRPF a partir de ingresos de 60.000 euros hasta llegar al 55%, eliminando deducciones, elevando la fiscalidad del ahorro hasta equipararla a la del trabajo, subiendo Sociedades, Patrimonio y Sucesiones, creando tasas verdes, bajando el IVA…. y así entre otra serie de ofertas económicas que en su conjunto pretenden incrementar los ingresos públicos para gastar más, pero dejan en el aire las medidas para seguir generando riqueza y por esa vía reducir el déficit si se sigue gastando lo justo, principio aconsejable en épocas de crisis, como es el caso. Y todo ello sin entrar en... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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