jueves, 7 de enero de 2016

PACTO A LA PORTUGUESA


                        Pedro Sánchez, decidido a toda costa a un pacto “a la portuguesa” contra Rajoy, vencedor de las elecciones pero sin mayoría absoluta, al igual que el socialista Costa ha hecho contra el conservador Coelho en Portugal, se reúne hoy con el flamante primer ministro socialista luso que, tras derrocar al efímero gobierno de Coelho en una moción de censura, gobierna hoy con el apoyo de los comunistas del PC y del Bloco de Esquerda, que se autodefine como socialista (fundado por diversos pequeños partidos de izquierdas e independientes que van desde la tradición maoísta a la trotskista y sectores desgajados del PC), en definitiva, un gobierno tripartito entre opciones políticas ideológicamente bien distintas que veremos qué resultado tendrá para Portugal. Por tanto, no sin cierta razón, desde Ferraz, el equipo de Sánchez, plantando cara a la mismísima Susana Díaz, sostiene que “el resultado del 20-D refleja una situación similar a Portugal” y que el Secretario General cree que “el diálogo puede terminar con una alianza progresista” (diálogo con Podemos ya que sin dicha formación nada es posible ni matemáticamente hablando). Imposible pues no es el empecinado objetivo de Sánchez y su viaje a Lisboa para importar su “frente de izquierdas”. Sin embargo hay que tener en cuenta algunas consideraciones que, aunque lo parezca, hacen que el calificativo de “similar” a la situación española con la portuguesa no es del todo correcto. Al margen de que Costa ya advirtiera que su Ejecutivo respetaría los compromisos internacionales de Portugal (pertenencia a la UE, a la Eurozona, a la OTAN…) y que sus socios radicales de izquierdas aparcarían su rechazo al equilibrio presupuestario impuesto por Bruselas y su exigencia de renegociar la deuda pública (vamos, que de forma sumisa se sometían a una política socialdemócrata), en España, a diferencia de Portugal, hay asuntos como el independentismo (catalán, vasco, gallego…), como el proyecto constituyente de Podemos para liquidar lo que llaman “régimen del 78”, como el conglomerado podemita con diversas opciones que van desde el populismo irresponsable al radicalismo ideológico, pasando por alianzas con abertzales… que no están dispuestos a liquidar de un plumazo, ni siquiera por razones de ganar cierta credibilidad. Además, por si todo ello fuera poco, el asunto aquí no se arregla con un tripartito (PSOE, Podemos, IU), que, apurando mucho, se correspondería con aquello de las “izquierdas” (lo de “progresista”, ya ni por asomo), ya que habría que echar mano de nacionalismos, independentismos y todo tipo de –ismos intolerables (además de que Podemos no se autodefine de izquierdas, sino transversal), hasta llegar a un... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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