jueves, 14 de enero de 2016

ENSOÑACIONES IRRESPONSABLES


                        Como en política todo es posible y casi nada debiera sorprendernos (basta referirse a la última chapuza antidemocrática en Cataluña), nuestros políticos, respecto a la gobernabilidad del Estado, andan emperrados en moverse al filo de lo imposible para lograr finalmente la cuadratura del círculo, cuando todos ellos saben que, les guste o no, les convenga o no, lo más probable será nuevas elecciones generales, salvo que, aunque sea “in extremis”, recuperen la cordura y, renunciando a ensoñaciones irresponsables, que los ciudadanos no han avalado, entonen el “mea culpa” y, asumiendo la realidad del resultado electoral, decidan esforzarse por hacer viable lo posible y deseable en beneficio de toda la ciudadanía en vez de emperrarse en hilvanar un gobierno inestable, sin rumbo fijo ni factibles objetivos concretos, que, en el mejor de los casos, sólo retrasaría la convocatoria de dichas elecciones y, obviamente, prolongaría la ingobernabilidad, aunque esté barnizada cínicamente con cierta apariencia de gobernabilidad que sólo conduce a la inestabilidad política,  social, y económica. Los ciudadanos, si se leen correctamente los resultados, no han avalado un gobierno “de izquierdas progresista” en España por más que la suma torticera de escaños en el Congreso pueda dar como resultado una mayoría absoluta mediante el mecánico proceso de añadir a la misma cualesquiera de las opciones políticas y sus opuestas en temas fundamentales; pero tampoco han avalado un gobierno “de derechas conservador” por más que la fuerza política más votada sea conservadora. De ser así, el pueblo no hubiera castigado severamente a PSOE y PP, tradicionales y mayoritarias fuerzas políticas, respectivamente, del progresismo socialdemócrata de izquierda moderada y del conservadurismo liberal de derecha democrática, oposición mayoritaria y gobierno en la pasada legislatura, que, no obstante, se... (sigue leyendo en

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