La polvareda política
interna y externa que ha causado Pedro Sánchez con la cesión de cuatro
senadores socialistas, dos a ERC y dos a DiL, para que tengan grupos propios en
el Senado, lo que le negaron las urnas, y posibilitar que el PNV tenga un
puesto en la mesa, cedido por el PSOE, ha provocado una serie de calificativos
por parte incluso de los propios barones socialistas que van desde
“inexplicable” a “indeseable”, pasando por “inoportuna”, “anómala” “desafortunada”,
acertados todos ellos menos el de “inexplicable” pues la obsesión de Sánchez y
su necesidad política personal de ser investido Presidente de Gobierno, al
estar cuestionada su supervivencia política, lo explicaría todo. Cuestión distinta
es la explicación que da él y sus más fieles colaboradores, conscientes de que
si no logran su único objetivo le acompañarán al exilio político, para
justificar medida tan cuestionada y darle apariencia de normalidad cuando el
asunto no sólo es anormal e inédito sino que además es irresponsable, adjetivo
que, curiosamente, ninguno de los barones socialistas utiliza, lo que hace pensar
que como muchos de ellos ya gobiernan autonomías y ayuntamientos en perfecta
sintonía con opciones separatistas totalitarias (entre otros, varias decenas de
ayuntamientos catalanes adscritos a la Asociación de Municipios por la
Independencia), la airada protesta pública frente a la irresponsable decisión
de Sánchez de pactar con el diablo para conseguir gobernar es, simplemente, una
pose de cara a la galería y no un rechazo radical a un pacto larvado de los
socialistas con radicales de extrema izquierda, independentistas totalitarios y
pintorescas opciones anticapitalistas que, en caso de consolidarse, acarreará
graves perjuicios políticos, sociales y económicos a todos los españoles. Por
tanto, la... (sigue leyendo en
Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/)
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