El Rey Felipe VI, que ha
iniciado la ronda de consultas antes de decidir a quién propone como Presidente
del Gobierno para que sea investido por las Cortes Generales, admite en su
audiencia que será muy difícil la investidura, diciendo a los primeros diputados
consultados que “es posible que nos tengamos que volver a ver” y asumiendo por
tanto, como era previsible, que costará formar gobierno, por lo que,
obviamente, no descarta nuevas elecciones generales. Es lógica esta poca fe en
la investidura, que muchos comparten con el Rey, tras la atomización
parlamentaria que ha elegido el pueblo español y tras las declaraciones de los
diferentes grupos políticos mayoritarios que, si cumplen su palabra, lo cual es
mucho decir, impedirían con sus votos una matemática parlamentaria sólida,
dejando un resquicio, que no sabemos si será peor aún, a una mínima mayoría
simple con el concurso de partidos minoritarios de corte antidemocrático,
independentista y antieuropeo, lo que supondría seguramente que el remedio
fuese peor que la enfermedad. Entretanto, además los partidos políticos fuerzan
a su favor las reglas del Congreso, de un lado Bildu, ERC e IU se alían para
cobrar el dinero de las pertinentes subvenciones, mientras Podemos sigue
buscando formas para conseguir varios grupos y, obviamente, cobrar más, pues,
si ya Bescansa dejó la negociación con PP, PSOE y C´s al pedirle un documento
donde rechazaran cobrar un millón de euros, Iglesias sigue presionando a los
socialistas, que ahora andan más dispuestos a dar “voz” en el Congreso a las
“mareas” y retorcer la ley, mientras Susana Díaz avisa a Sánchez de que “el
PSOE no pactará con los separatistas”. En definitiva un indecente mercadeo
político al margen de los ciudadanos que sólo busca el interés particular de
unos o de otros, relegando irresponsablemente los intereses generales que
conviene a los ciudadanos a los que representan. Si tanta bonanza nos iba a
traer la quiebra del bipartidismo, si era tan perverso, tal como algunos
auguraban durante la campaña, nadie entiende ahora que la manifiesta
ingobernabilidad del Estado es mejor que cualquier de las soluciones dadas en
anteriores legislaturas; nadie, en su sano juicio, puede entender que la
solución es poner a los bueyes detrás del carro como está haciendo la gran mayoría
de nuestros representantes parlamentarios. Una indecencia política que... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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