Cuando sólo hace cuatro
días que Puigdemont toma posesión como President de la Generalitat de Catalunya
eludiendo su juramento o promesa de acatar la Constitución y de ser leal a
nuestro Jefe de Estado, el Rey Felipe, (lo que pudiera ser constitutivo de
ilegalidad que invalidaría su nombramiento) y apenas un par de días en que
nombra a Romeva, de forma insólita, como primer Consejero de Asuntos Exteriores
de Cataluña, cuando la política exterior es competencia exclusiva del Estado, resulta
que ahora el independentista President asume que carecen de fuerza suficiente
para proclamar la independencia. Y entretanto, el PSOE, de forma sorprendente, cede
cuatro de sus escaños (dos y dos) a ERC, el partido independentista de
Junqueras, y a DiL, el partido independentista de Mas, para que puedan tener
sendos grupos parlamentarios en el Senado (más dinero y mayor voz
propagandística); partidos que, aliados en Junts pel Sí en Cataluña, desacatan
nuestras normas democráticas de convivencia y apuestan desde las instituciones
por desconectarse de España con el impagable apoyo de las anticapitalistas CUP.
Por su parte, algunos destacados y mediáticos socialistas, como el senador
Cepeda, mientras proclaman a los cuatro vientos que jamás colaborarán en poner
en riesgo la unidad de España, justifican las cesiones de senadores, así como
un puesto en la Mesa del Senado para el PNV (otro que tal baila) por cuestión
de cortesía, mientras los barones socialistas (muchos de ellos en alianza con
Podemos en algunas comunidades autónomas y en numerosos municipios) reprueban a
Pedro Sánchez por posibilitar que los partidos de los antidemocráticos
Junqueras y Mas tengan grupo propio en la Cámara Alta, lo que, en definitiva,
supone que tanto ERC como DiL obtienen, gracias al PSOE de Sánchez, lo que los
catalanes no le han dado en las urnas. Curiosamente la primera moción del... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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