sábado, 28 de noviembre de 2015

ANALFABETISMO POLÍTICO


                        Sólo desde un contexto de analfabetismo político, real o supuesto, se puede entender que determinados líderes políticos tengan la cara dura de pretender justificar como democráticas sus propuestas totalitarias o de tachar como tales las propuestas democráticas ajenas, con el único objetivo de engañar a buena parte del electorado al que consideran analfabeto, políticamente hablando, pues no cabe pensar que el analfabetismo político radique en ellos mismos, lo que sería el colmo de la incompetencia. Cabe pensar pues que se trata del colmo del sofisma (razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso) y, por tanto, de la prostitución del sistema democrático, pretendiendo validar o invalidar una serie de propuestas no por verdaderas razones políticas, sociales o económicas, contrastables y contrastadas con las demás en el imprescindible debate ideológico democrático, sino por razones espurias para justificar proyectos totalitarios dentro del sistema democrático o descalificar aquellos, acordes con la democracia, ante la incapacidad para rebatirlos democráticamente con argumentos convincentes. Y lo grave es que dichos sofistas obtienen cierto éxito mediante un proselitismo contumaz, no siempre combatido desde las instituciones que conforman el Estado de Derecho, gracias a un ejército de fieles, cada vez más fervorosos, y a la estimable ayuda de determinados medios de comunicación, incluso algunos de ellos públicos, que se hacen eco de sus proclamas totalitarias o torticeras sin rebatirlas apenas e incluso con la más que evidente colaboración de los conductores de los respectivos programas. Por tanto, entre otros muchos asuntos, no debe extrañar que los dos problemas más graves actuales de la... (sigue leyendo en

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