Mientras
se publica que la constructora Teyco desvió 300.000 euros a CDC a través de su
fundación entre 2007 y 2014, la comparecencia de Artur Mas en el Parlament se
convierte en un mitin victimista por el que en su mejor estilo demagógico culpa
al Estado no sólo de la investigación por el cobro de comisiones de su partido
sino también del órdago antidemocrático separatista que él mismo encabeza,
pues, ya ven, para el President de Catalunya, elegido como tal bajo el amparo
de la Constitución que ahora pretende desacatar, todos los males de los
catalanes obedecen a una especie de conspiración contra él, su Presidente, y
contra Cataluña, que viene a ser lo mismo, ya que sólo ve “juego sucio” frente
al juego limpio a que tanto él como su antecesor y padre político, Jordi Pujol,
nos tienen acostumbrados. Por tanto la investigación sobre el 3% es una
conspiración y los 3.200 euros diarios que lograba la fundación de CDC en
donaciones (el porcentaje más alto de donativos de toda España: 7´1 millones de
euros en seis años) simplemente obedecían a la infinita generosidad
desinteresada de empresarios y empresas catalanas que como Teyco, según declara
Mas en el Parlament, aportaban dinero “libremente y por afinidades ideológicas”.
Así, en el paradisiaco mundo catalán y el acierto de sus gobernantes todo lo
que no sea pureza no existe y es producto de las mentes torticeras y
malintencionadas de los españoles, sus enemigos ancestrales. Y obviamente ello
da derecho a Mas a comparecer en el Parlament, como héroe principal de tamaña
hazaña, para tapar el 3% y lo que haga falta con un ataque, uno más, al Estado
Democrático español (al que Cataluña pertenece y al que él mismo debe la
legitimidad y legalidad de su al cargo), a atribuir a una conspiración malévola
el registro de la CDC, cuya sede ya está embargada por otros asuntos, y, por
supuesto, a no contestar a las veinte preguntas que le formulan los diputados
de la oposición, convertidos así en mera comparsa. Supongo que para Artur Mas y
compañía las... (sigue leyendo en
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