En efecto el President
de la Generalitat de Catalunya comparecerá ante el juez el próximo 15 de
octubre tras ser imputado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que
le cita como imputado por presuntos delitos de desobediencia, malversación y
prevaricación al convocar la famosa consulta ilegal del 9-N, a sabiendas de su
ilegalidad, de su incapacidad competencial para hacerlo y de la prohibición
expresa por parte del Tribunal Constitucional. Delitos que podrían ser
castigados hasta con 15 años de inhabilitación y que, en su día, él mismo se
erigió de forma chulesca como responsable directo y único de semejante
actuación, diciendo públicamente que no había que buscar a los responsables ya
que era él. Y, tras esta imputación por parte del TSJC, la reacción del mundo
independentista no se ha hecho esperar, usándola en plan victimista, que tan
buenos resultados les da, como un ataque por parte del Estado, mientras que
desde la propia Generalitat la califican como un “juicio político”, lo que,
para algunos analistas, supone una ayuda a la unidad del soberanismo, mientras
que lo más desconcertante es que todos los partidos catalanes, salvo el PP y
Ciudadanos, critican la medida y sus consecuencias, olvidando que las peores
consecuencias se derivarían si se dejaran impunes las actuaciones claramente
totalitarias y al margen de la ley nada menos que del Presidente de la
Generalitat, que debiera ser uno de los primeros garantes del cumplimiento de
la legalidad tras aplicarse a sí mismo tan esencial principio democrático.
Pero, en fin, es lo que suele pasar cuando la mediocridad y la poca altura de
miras es el ingrediente básico de nuestros líderes políticos. Por lo tanto,
aumenta la presión sobre la CUP para que apoye la investidura del candidato de
Junts pel Sí, convertido en víctima cuando es el verdugo, como respuesta a las “provocaciones”
del Estado, mientras que Catalunya Sí que es Pot, alineada al silencio sobre
este falso victimismo, también da un portazo al President pero por los recortes,
mientras que Ciudadanos, por boca de su candidata y lideresa catalana, Inés
Arrimadas, que si critica el falso victimismo de Junts pel Sí, hace un guiño a
los independentistas diciendo que “queremos seducir al independentista con otro
proyecto de España” ya que Mas ha fracasado “con sus propias reglas”, como si
cualquier proyecto, salvo la independencia, sedujera a Mas, Oriol, Romeva y
compañía tras el fracasado órdago antidemocrático contra el Estado que acaban
de protagonizar. Todo apunta a que Ciudadanos, con la vista puesta en las
generales, se aleja del PP y prepara una “gran coalición” con el PSOE y su
estrategia de “tercera vía”, que nadie quiere ni entiende, como solución al
conflicto catalán. En fin, allá cada quien con sus estrategias, aunque a veces
se tenga la sensación de que... (sigue leyendo en
No hay comentarios:
Publicar un comentario