En plena convulsión mediática y política por
los atentados en París, quién, sino Artur Mas, iba a pedir paso para ocupar el
más destacado lugar en las portadas de los principales medios españoles. En
efecto, después de varios meses de marear la perdiz sobre lista única con ERC,
sobre la necesidad de un plebiscito con él a la cabeza, al final cede ante
Oriol Junqueras y, tal como le exigía, adelanta las elecciones catalanas (no
plebiscitarias, sino normales) al 27 de septiembre, fecha más que calculada ya
que la campaña (la oficial, ya que en campaña y sin hacer nada de nada lleva
toda la legislatura) se iniciará precisamente con la Diada de 2015. Su
habilidad manipuladora en esta ocasión sólo le ha servido para ganar unos meses
(ERC se las exigía para marzo) en su inevitable y agónica caída en picado, tras
una lucha despiadada por el poder (lo único que le importa) en la que no han
faltado incluso intentos de imposiciones hasta de quienes deberían formar parte
de las candidaturas en los diferentes partidos soberanistas, con tal de
aprovechar en interés personal los movimientos sociales independentistas. Por
tanto, CiU y ERC, los artífices de la ruina de Cataluña, acudirán a estos
comicios adelantados (los terceros en cinco años, descontando la mascarada de
la farsa del referéndum ilegal por la que Mas está imputado judicialmente) con
listas separadas, aunque con una “hoja de ruta compartida”, el independentismo,
como brújula común para recorrer el itinerario de este viaje a ninguna parte en
que ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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