Decíamos ayer que la prima de riesgo española
(es decir, el diferencial entre el interés que paga España por colocar su deuda
pública a diez años y el que paga Alemania) se había situado por debajo de los
100 puntos por primera vez desde el año 2010, lo que, sin lugar a dudas, es una
excelente noticia, pues, como es sabido, cuánto más alta sea, más intereses
tendríamos que pagar para financiar nuestra deuda, lo que redundaría obviamente
(como sucedía en los últimos años) en un mayor montante de dinero destinado al
pago de intereses y, por tanto, no disponible para otro tipo de políticas con
sentido social o inversor. Aunque, dicho así, pueda no quedarnos clara la
importancia cualitativa y cuantitativa del asunto, lo cierto es que esta bajada
de la prima de riesgo, la mitad que hace un año, significa que España tiene más
fácil acceso a la financiación y que sólo paga un 1´5% por el bono a diez año,
un mínimo histórico que permitirá al Estado ahorrar nada menos que 4.200
millones de euros en intereses, lo que, si se compara con la prima superior a
los 630 puntos del inicio de la legislatura, que nos colocaba al borde del
rescate, nos da en su justa medida la perspectiva del alivio financiero que hoy
disfrutamos (basta multiplicar prácticamente por seis para hacernos una idea
aproximada del agobio casi insoportable que sufríamos hace bien pocos años).
Por ello hoy sí es posible más flexibilidad en determinadas políticas fiscales,
de ajustes, de servicios públicos… en definitiva, en políticas expansivas (sin
pasarse de la raya, pues el horno sigue sin estar para bollos), frente a la
rigidez de austeridad anterior impuesta por una realidad económica
irrespirable. Guste o no a ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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