En la portada del número extraordinario
posterior a los atentados yihadistas del semanario “Charlie Hebdo”, bajo la
frase “Tout est pardonné” (“Todo está perdonado”), en letras negras bien
destacadas, aparece una nueva caricatura de Mahoma en la que el profeta,
derramando una lágrima de su ojo izquierdo, sostiene en sus manos un cartel en
que se declara “je suis Charlie”, como todos aquellos que, rechazando la
violencia yihadista, se solidarizaron desde el primer instante con las personas
asesinadas. Al margen de la confusión, calculada o no, que pueda generar la
interpretación de dicha portada sobre quién perdona a quién (que cada uno saque
sus conclusiones), lo que Europa no puede hacer es olvidar la tragedia. Por
ello, en estos instantes, toda Europa se plantea medidas de excepción contra el
yihadismo. Francia y Reino Unido consideran controles a las comunicaciones en
internet; Alemania estudia retirar el carnet de identidad a los radicales
sospechosos; Hollande despliega en Francia más de 10.000 soldados para prevenir
ataques y se lanza al combate de la educación en los suburbios, mientras
Sarkozy le pide explicaciones sobre posibles fallos; en España el gobierno
busca acercar posturas con la oposición para consensuar una serie de medidas… y
así sucesivamente en el resto de países europeos. Entretanto, se desarrollan
reacciones islamófobas en algunos lugares, como en Dresde que, un lunes más, congrega
a miles de personas para protestar, con riesgo de que tales actitudes se
extiendan a otros lugares. Por su parte, en España, que aprobó... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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