Por fin llegó el 25-S y
gallegos y vascos fueron a las urnas. Unas elecciones que, visto el panorama
político nacional, son algo más que autonómicas. De un lado los gallegos han
decidido que el PP revalide su mayoría absoluta con el 47´5% de los votos y 41
escaños (los mismos que tenía), seguido de En Marea con el 19% de votos y 14
escaños (cinco más de los que tenía), PSG-PSOE con el 17´8% de votos y 14
escaños (cuatro menos que los que tenía), y BNG con el 8´3% de votos y 6
escaños (uno menos que los que tiene ahora). De otro lado los vascos han
decidido que el PNV siga ganando, incluso con más claridad que en 2012, con el
37´6% de los votos y 29 escaños (dos más
de los que tenía), seguido de Bildu con el 21´2% de votos y 17 escaños (cuatro
menos de los que tenía), Podemos con el 14´8% de votos y 11 escaños (irrumpe en
la Cámara con fuerza), PSE-PSOE con el 11´9% de votos y 9 escaños (siete menos
de los que tenía), y PP con el 10´1% de votos y 9 escaños (uno menos de los que
tenía). Hasta aquí los datos escuetos y concretos de ambos comicios autonómicos
y su comparación de escaños con los obtenidos en 2012, por lo que a efectos de
gobernabilidad hay pocas variaciones en sendas autonomías: el popular Feijóo
seguirá gobernando Galicia con mayoría absoluta por tercera vez consecutiva (no
hubiera podido hacerlo en caso contrario a causa del insólito bloqueo político,
salvo raras excepciones, al que el resto de partidos tiene sometido al PP como
si se tratara de un partido apestado o antidemocrático) y el peneuvista Urkullu
revalida otro mandato sin problema alguno para ser investido aunque necesite
puntuales acuerdos con PSOE o PP, que empatan a escaños, para sacar adelante
sus propuestas políticas. Donde hay variaciones sustanciales de calado es en el
papel que habrá de jugar el PSOE en ambas autonomías ya que ha sido el gran
perdedor de los comicios sin excusa alguna: en Galicia se ha convertido en
tercera fuerza política (de cuatro con representación parlamentaria) al haber
conseguido en votos el ansiado “sorpasso” En Marea, la pintoresca marca de
Unidos Podemos en Galicia, dándose un tortazo, otro más, de pronóstico
reservado por más que en escaños haya conseguido igualar a los podemitas; y en
País Vasco ha pasado a ser la cuarta fuerza política (de cinco con representación
parlamentaria) al haber perdido casi la mitad de sus escaños y ser sorpasado
por Podemos, al extremo de quedar penúltimo con los mismos escaños que el PP.
En definitiva, los... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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