miércoles, 28 de septiembre de 2016

GUERRA INTERNA EN EL PSOE


                        De “guerra interna” se puede calificar lo que está sucediendo en las filas del PSOE. Lo que venía siendo un descontento cada vez mayor por el insólito comportamiento de Pedro Sánchez, su secretario general, ha desembocado en una guerra sin cuartel de incalculables consecuencias para frenar su osadía de saltarse a la torera las decisiones del Comité Federal, máximo órgano entre congresos, y de amenazar con seguir saltándoselo si en la próxima reunión del mismo las decisiones que tome no le son favorables a los intereses personales que pretende. En efecto, ya no sólo es intolerable que desde agosto negocie con Iglesias, cuando el Comité Federal se lo tiene prohibido, sino que es inadmisible que anuncie públicamente que no piensa “dimitir” pase lo que pase en el mismo. El cambio de su dimisión, tras soportar otro varapalo electoral en Galicia y País Vasco, por unas primarias y la convocatoria de un Congreso y su tozudo interés de montar un gobierno alternativo con Unidos Podemos, apoyado por independentistas y quien quiera sumarse al experimento, ha desquiciado definitivamente al PSOE al extremo de que sanchistas y críticos, cada vez más distanciados, estaban dispuestos a medir sus fuerzas en el Comité, mientras González, Rubalcaba o Almunia, entre otros ilustres históricos, se disponían a actuar para “salvar el partido”, mientras Podemos, el más interesado en que prosiga la deriva de Sánchez, ponía fin al pacto con los socialistas en Castilla-La Mancha y amenazaba hacerlo con otras CCAA que, como la castellano-manchega, la dirigen barones socialistas críticos con Sánchez, para forzar a los socialistas a mantener el bloqueo gubernamental y que haya terceras elecciones o desbloquearlo mediante el experimento del ya famoso gobierno “frankestein”. En definitiva, el reto de Sánchez a Susana Díaz a batirse con él ante las bases, pasando por encima de los órganos de dirección del partido, y la petición de Sánchez de tener manos libres para negociar ese experimento de gobierno alternativo, junto a las maniobras de los críticos para evitarlo, exigiéndole que asuma “responsabilidades”, que no quiere asumir, han convertido el PSOE en un verdadero campo de batalla. Así las cosas, los críticos planean que dimita el 51% de la Ejecutiva, lo que provocaría la dimisión de toda ella, incluido el Secretario General, y nombrar una Gestora que se encargaría de convocar el próximo Congreso. Pero Sánchez reta a los barones a que defiendan en público la abstención ante una... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

No hay comentarios:

Publicar un comentario