A tres días de las
elecciones gallegas y vascas, y cada vez más cerca de que acabe el plazo para
convocar irremediablemente la repetición de elecciones generales por tercera
vez, Pedro Sánchez sigue instalado en su entelequia, es decir, en su hipotético
idílico gobierno del “cambio” presidido por él mismo y apoyado por Ciudadanos y
Unidos Podemos, cuando Rivera ya ha dicho por enésima vez, y sigue diciendo,
que no participará ni por activa o pasiva en ningún caso con los radicales
comunista-populistas, cuyo modelo de Estado, no ya su programa
político-económico, que también, está en sus antípodas y que, por tanto, si se
quiere evitar unos terceros comicios generales la única salida es desbloquear
la posibilidad de un gobierno del PP, ganador de las elecciones con una
sustancial diferencia con el resto de formaciones políticas. En efecto,
Sánchez, con sus 85 escaños (el peor resultado electoral de los socialistas
desde aquellos primeros tiempos de su formación hace ya más de un siglo), ante
el riesgo de un nuevo revés electoral en Galicia y País Vasco, convoca sólo a
la permanente de su Ejecutiva (es decir, a los fieles con orejeras) para
analizar los resultados en Galicia y País Vasco, y para primero de octubre al
Comité Federal, máximo órgano del partido entre Congresos, estando decidido a
pasar al ataque para eliminar la crítica interna en el PSOE, mientras los
críticos temen que lleve un pacto cerrado con Podemos y
nacionalista-independentistas, única fórmula, descartado Ciudadanos, de
conseguir matemáticamente la mayoría necesaria en el Congreso de Diputados para
ser investido… no ya para presidir un gobierno imposible del “cambio” sino para
liderar el caótico “gobierno frankestein”, según Rubalcaba y otros socialistas
críticos, que sólo es bien visto por Pablo Iglesias y compañía. No se descarta
pues que buena parte de los barones territoriales socialistas, que, a
diferencia de Sánchez, sabe lo que supone gobernar, contraataquen a tan
aberrantes pretensiones de su líder con una resolución razonable para
desbloquear la gobernabilidad de España, que indiscutiblemente pasa por
abstenerse, que no ya apoyar, ante el PP, pues, no hacerlo así, conduce al caos
o a la convocatoria de nuevos comicios. Pero Sánchez sopesa una consulta para reforzarse
internamente ante los críticos, recurriendo incluso al veredicto de los
militantes al estilo asambleario de Podemos, máxime si como dicen las encuestas
internas de Ferraz, logra sacar 13 escaños en País Vasco y abortar el
“sorpasso” en Galicia, es decir, si... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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