sábado, 17 de septiembre de 2016

MENUDO ESPECTÁCULO


                        Por si los ciudadanos españoles no tuviéramos bastante ya con la manifiesta incompetencia de nuestros líderes políticos para acometer su más elemental labor, que es acordar la investidura de un presidente de Gobierno tras unas elecciones (en este caso, tras dos), la confluencia de flagrantes casos de corrupción en las filas socialistas y populares en plenas campañas electorales en Galicia y País Vasco añaden a dicha incompetencia la incapacidad de los partidos políticos para hilvanar un mínimo discurso político coherente frente a otro de los graves problemas que padece la sociedad española, cual es la repugnante corrupción política. ¡Menudo espectáculo están dando unos y otros al respecto! De un lado, Mariano Rajoy, pese al clamor en el PP en sentido contrario, rehúye pedir el escaño a Rita Barberá, alegando que “ya no es militante del PP” y que, por tanto, ya no tiene “autoridad sobre ella”, lo cual es cierto (como es cierto que aunque se lo pidiera sólo de ella depende dejar o no el escaño incluso si siguiera siendo militante), pero no se trata de la eficacia de la petición, sino del gesto político que supone frente a la corrupción por parte del máximo dirigente del partido, máxime cuando la corrupción es el arma electoral arrojadiza principal de sus contrincantes políticos. De otro lado Susana Díaz impone silencio en el PSOE en torno a Griñan y Chaves, cortando en seco la poderosa federación andaluza el discurso anticorrupción de Ferraz y neutralizando toda crítica socialista a los dos ex presidentes de la Junta tras el duro informe de acusación, con lo que la presidenta socialista se sale por la tangente manifestando que está convencida de la “honradez” de sus predecesores en la Junta, pero no se trata de lo que ella y sus seguidores más fieles crean, sino del gesto político, ante la grave imputación, de posicionarse políticamente y caiga quien caiga contra la corrupción, máxime cuando a renglón seguido arremete, en este caso, contra Barberá, cuya investigación está en menor grado procesal y no hay aun imputaciones concretas, simplemente porque en este caso Susana y compañía no están convencidos de su “honradez”. En fin, un incoherente despropósito tras otro que aumenta el descrédito de los ciudadanos hacia los dirigentes políticos, quienes, con sus propios partidos divididos internamente al respecto, prefieren tapar y minimizar los trapos sucios propios y exhibir y magnificar los ajenos en vez de abanderar claramente una estrategia conjunta de limpieza política global y generalizada que... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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