Si cualquier
funcionario, cargo público civil o militar o alta jerarquía del Estado, usando
de los privilegios otorgados, se pusiera al frente de quienes, saltándose la
legalidad vigente, pretenden atentar contra los cimientos constitucionales más
esenciales en vez de intentar oponerse a ellos para hacerles desistir de sus
antidemocráticas intenciones, si eso hiciera, no cabe duda que cualquier
demócrata le consideraría un totalitario indecente merecedor de las mayores
sanciones por atentar gravemente contra el Estado al que sirve o representa.
Pues bien, como es lo que, junto a otros altos cargos de la Generalitat,
alcaldes y ediles de diversos pueblos catalanes, ha hecho Puigdemont,
poniéndose a la cabeza de las manifestaciones soberanistas con motivo de la
Diada, bien merece el calificativo de totalitario sin lugar a dudas. Y tiene
además la cara dura de acusar al Estado de haber “desconectado” de Cataluña
simplemente porque no se somete a sus totalitarios objetivos, en una Diada
bastante dividida internamente por los independentistas, la menos concurrida de
los últimos años aunque masiva como era de esperar (la propia Guardia Urbana
cifra en 815.000 los asistentes, medio millón menos que el año anterior), una
Diada que algunos califican “made in Taiwan” al hacer los bazares su septiembre
propagandístico a costa del colorido “merchandising” independentista, tras la
que el secesionismo acelera su plan, anunciando Puigdemont su farsa, tras
perder definitivamente su neutralidad, de que planteará este mes al Gobierno un
referéndum para Cataluña y elecciones “constituyentes” en 2017 al darse un baño
de multitudes y amenazando de que si no se le concede el ilegal referéndum
pactado por parte del Gobierno y no se deja votar a los catalanes (como si los
catalanes no votarán al igual que vota el resto de españoles) el bloqueo
político a España seguirá; por su parte Colau, colocada asimismo en el
protagonismo de la Diada, evitaba posar junto a los soberanistas, en tanto que
la marcha de la CUP, compañeros de viaje extremos de los anteriores, acababan
con quema de banderas españolas, francesas y de la UE, con la quema de fotos de
Felipe VI y con gritos de “vamos a cortarle la cabeza al Rey”. Y el totalitario
president... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario