Es más que evidente que una salida de Grecia
de la Eurozona sería malo para la Unión Europea y pésimo para los griegos.
Precisamente por ello es necesario que ambas partes sigan intentando una
negociación de cara a un acuerdo satisfactorio, que en ningún caso puede pasar
por incumplir los compromisos adquiridos por Grecia con sus socios europeos.
Cualquier gobierno responsable de cualquier país civilizado y, por tanto,
democrático, sabe perfectamente que ha de ser corresponsable, tanto a nivel
interno como exterior, con las decisiones y acuerdo adoptados por los gobiernos
precedentes ya que lo contrario supondría la quiebra de la seguridad jurídica,
tanto nacional como internacional, garantía básica de la convivencia pacífica
y, por supuesto, de la democracia. ¿Se imaginan un gobierno que, basándose en
su legitimidad democrática, se negara, por ejemplo, a pagar las deudas
contraídas por el gobierno precedente, tan democrático como él, simplemente
porque así lo prometió en campaña electoral? ¿Se imaginan que cambiase
unilateralmente con efecto retroactivo las condiciones estipuladas en los
acuerdos adquiridos argumentando que era una promesa electoral? Con semejante
planteamiento cada nuevo gobernante pondría el reloj de su país a cero desde su
toma de posesión librándose del pasivo, pero, en el mejor de los casos,
provocaría, lógicamente, la más estricta repulsa y desconfianza que le abocaría
a la autarquía y el aislamiento más severo ya que, en semejantes condiciones,
¿qué país u organización internacional se fiaría de cualquier transacción
financiera, comercial o de cualquier otro tipo con semejante interlocutor
gubernamental? Es evidente que cuando un partido político o coalición
electoral, como Syriza en Grecia, se comporta de forma tan irresponsable con el
único... (sigue leyendo en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/)
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