Si hace unos días Gavriil Sakelaridis,
rechazaba el ultimátum dado por el Eurogrupo al Gobierno griego y afirmaba
rotundo “no vamos a solicitar una prórroga del memorando ni con una pistola en
la sien” ya que “el Gobierno no se deja chantajear con ultimátum”, es obvio que
se trataba de una bravuconada más de las que ya nos tienen acostumbrados los
miembros del Gobierno populista de Tsipras, cuyo ministro de Finanzas,
Varufakis, incluso había abandonado la mesa de negociación de forma airada. Al
final, ni pistolas en la sien, ni chantajes, que no son tales; simplemente algo
tan sencillo como el cumplimiento de los compromisos o nada. Y, como las
lentejas, si lo quieres lo tomas y si no lo dejas, obviamente apechugando con
las pertinentes consecuencias. Así, Alemania y las instituciones europeas
imponen su ley, que es la del sentido común y la responsabilidad, y Grecia
obtiene ayuda para cuatro meses más, ganando un tiempo para seguir negociando.
Un pacto de mínimos por el cual el Eurogrupo accede a una prórroga condicionada
a que Atenas presente el lunes una lista de reformas urgentes. Grecia acepta el
rescate y se somete a cuatro meses de prórroga con las mismas condiciones, aunque
Tsipras pedía seis meses, aplazando así el programa de asistencia financiera,
que vencía dentro de siete días y que de haber persistido el Gobierno de Grecia
en sus bravuconadas hubiera llevado al país a la ruina financiera casi absoluta.
Por tanto, Tsipras tendrá que presentar el lunes un “calendario de reformas”
(las que prometieron irresponsablemente a sus electores que jamás harían) y se
compromete a pagar la deuda a todos los acreedores (tras prometer a sus
electores que no lo haría en su totalidad ni en las condiciones suscritas en el
rescate) así como a no revertir los ajustes aprobados por los gobiernos
anteriores (tras denunciar por activa y pasiva que eran perversos para los
ciudadanos y que los modificarían). Por tanto, toda la demagogia vertida en la
campaña electoral para ganar las elecciones queda en agua de borrajas, como
suele suceder al final con quienes se dedican a vender humo irresponsablemente
para que los ciudadanos apoyen su falacia. Un buen ejemplo para quienes en
otros países, agobiados por... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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