La tormenta de frío,
viento y nieve con la que los Reyes Magos nos han obsequiado en este año 2018
ha provocado, entre otras cosas, que miles de personas hayan quedado atrapadas
en diversas carreteras, especialmente en la autopista AP-6, convertida en una
verdadera ratonera para entre 3.500 y 4.000 vehículos que regresaban a casa
tras sus merecidas vacaciones, teniendo que aguantar sus ocupantes incluso más
de quince horas hasta que por fin la Unidad Militar de Emergencias del Ejército,
movilizando a más de 240 efectivos, acudiera en su auxilio y finiquitara el
caos. Un caos provocado por la intensidad del tráfico y de la nevada, que
recuerda a aquel otro caos acaecido en 2009, cuando Rajoy y el PP, entonces en
la oposición, arremetieron contra el entonces gobierno de Zapatero al que
acusaban de imprevisión y de ineficacia, desencadenando una verdadera tormenta
política. Pues bien, ahora sucede lo propio pero con los papeles cambiados, ya
que PSOE y el resto de la oposición, arremeten contra el Gobierno acusándole de
lo mismo. Al parecer las tormentas naturales, provocadas por fenómenos
atmosféricos, provocan tormentas políticas con claro objetivo electoralista,
pero nadie aporta medidas concretas ni ideas para afrontar las primeras con
mayor eficacia y a todos, si están en la oposición, les encanta provocar las
segundas en beneficio propio. Si entonces lo hizo el PP, ahora lo hace el
PSOE….y en ambos casos el resto de la oposición, que al no haber gobernado, ni
gestionado por tanto los destrozos de ninguna tormenta atmosférica, están
limpios de polvo y paja. En fin, ya saben, en política no hay catástrofe que
por bien no vega. Fomento y la concesionaria de la autopista, expedientada por
el Gobierno, se culpan mutuamente del caos: De la Serna dice que la gestión
depende de Iberpistas y ésta asegura que quien coordinaba era el Ministerio.
Por su parte la DGT afirma que advirtió a los conductores, mientras PSOE,
Podemos y Ciudadanos critican la “imprevisión” y reclaman al Ejecutivo de Rajoy
que dé explicaciones en el Congreso, poniendo a Interior, Fomento y DGT en el
punto de mira. Al final, la tormenta política es de tal envergadura que hasta
el PP pide “decisiones osadas” a Rajoy tras este caos circulatorio y el
Presidente, aunque no se plantea ceses, rectifica a sus ministros que culparon
al inicio a los conductores (iniciativa políticamente incorrecta, aunque sea
cierto que muchos conductores no se equiparon debidamente para ese viaje de
riesgo), mientras incluso a nivel interno señalan al director de la DGT porque
“ya tiene otros capítulos en su currículum”. Y es que Rajoy limita la.... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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