Es obvio que el mejor
antídoto secesionista es la aplicación de la Ley democrática por parte de los
pertinentes tribunales de Justicia, garantes del funcionamiento del Estado de
Derecho. Ha bastado que el Estado y sus instituciones hayan decidido afrontar
el ilegal e ilegítimo golpismo independentista, con la aplicación del artículo
155 de la Constitución y la puesta de sus promotores ante los tribunales, para
que los líderes golpistas del “procés” totalitario se retracten de su
maquiavélico proyecto y ante el Tribunal Supremo acepten públicamente la ley,
que tanto y tantas veces habían atropellado progresivamente y de forma chulesca
hasta llegar a la proclamación unilateral de independencia de Cataluña. En
efecto, Forn, Sánchez y Cuixart abandonan al prófugo Puigdemont, que sigue
instalado en su locura, y admiten por fin en el Alto Tribunal que se cometieron
ilegalidades y que sólo es válida la vía constitucional, mientras Forcadell
renuncia a presidir el Parlament y propone que el cargo lo ocupe alguien que
esté libre de cargas judiciales. Una clara renuncia por parte de tan ilustres
personajes a la vía unilateral y, en definitiva, por parte del golpismo
secesionista, que en desbandada se apea del burro intentando cada uno de sus ex
miembros no agravar aún más su situación judicial personal a causa de la
comisión de presuntos graves delitos por los que se les está investigando.
Forn, exconsejero de Interior, que abandona a Trapero y le culpa ahora de la
pasividad de los Mossos el 1-O, asegura al juez que renunciará a su escaño si
el futuro Govern mantiene la vía unilateral, pues “no hay otra vía” para la
independencia que “la reforma de la Constitución”, que, obviamente, no depende
sólo de los catalanes ni de una pírrica mayoría; Jordi Sánchez, exlíder de ANC
y diputado electo de JxC, dice ahora que jamás fue partidario del enfrentamiento
directo con el Estado y que dimitirá si su partido insiste en la vía
unilateral, que ahora rechaza; Jordi Cuixart, líder de Omnium Cultural,
reconoce que “el único referéndum válido” sería el que pudiera convocar España,
es decir, el Estado y no la Comunidad Autónoma que simplemente es una parte del
mismo; Carme Forcadell se niega a volver a presidir un Parlament que vuelva a
vulnerar la Ley al servicio del prófugo Puigdemont y aboga por una presidencia
“libre de procesos judiciales”; Marta Roviara traiciona a su encarcelado Jefe,
Junqueras, para desbancarle en ERC; el exconseller Mundó deja su acta y la
política; Artur Mas abandona la presidencia del PDeCat….. y así sucesivamente.
¡Quién los ha visto y quién los ve! Sólo Puigdemont y pocos más se mantienen
claramente en la trinchera de la ilegalidad con su alucinante propuesta de ser
President a distancia, mientras desde el PDeCat y ERC ya invocan a un “plan B”
tras el informe que deniega el voto telemático, pues los dos partidos esperan
con incertidumbre un “cambiazo” de última hora consistente en que el ex
President renuncie y recurra al otro candidato de JxC ya que “Puigdemont es una
investidura fallida, pero él no lo sabe”. Si la aplicación de la Ley por parte
de los tribunales de Justicia no es un antídoto contra el golpismo político
secesionista y contra la delincuencia en general, que venga Dios y lo vea.
Ahora cabe preguntarse qué van a.... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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