El indecente, falso e
inadmisible eslogan de “España nos roba”, tan utilizado en su día por los
nacionalistas catalanes (posteriormente convertidos en rabiosos independentistas
de toda la vida) para fomentar el odio y el rechazo a España y convencer a
muchos catalanes de buena fe para que se apunten a su maquiavélico proyecto
ilegal del independentismo unilateral, de momento se viene abajo y, aunque
queda claro que sí había ladrones en Cataluña, no era España la que robaba,
sino que robaba Convergencia Democrática de Cataluña, el tradicional partido de
la derecha nacionalista catalana de Jordi Pujol, Mas, Puigdemont y compañía. En
efecto, la sentencia judicial del “caso Palau”, uno de los casos investigados
ya que toda la familia del patriarca nacionalista Pujol y él mismo lo están
siendo por otros asuntos, deja bien claro el “entramado delictivo” que
financiaba al nacionalismo (hoy independentismo) y condena a CDC a pagar 6´6
millones de euros por el cobro de indecentes mordidas a cambio de obra pública,
aunque “el montante puede ser mucho mayor”, condenando además a los principales
dirigentes del Palau, Millet y Montull, a penas de 9 y 7 años de cárcel
respectivamente, y al ex tesorero Osácar a 4 años, apuntando además “a altos
responsables” no identificados y confirmando que el partido de los convergentes
se financiaba con comisiones del 4% (Maragall en su día se quedó corto al decir
que era el 3%), pues, tras décadas de poder, el partido de Pujol, Mas y
Puigdemont había creado una gran “estructura” para influir y “encubrir” los
hechos delictivos… Y es que según los jueces del “caso Palau” “todo se creó
para hacer llegar comisiones a CDC”, mientras el PDeCat, nuevo nombre de CDC,
adoptado con la clara intención de camuflarse (sus dirigentes siguen siendo los
mismos, simplemente cambiaron de nombre el partido) tiene la desvergüenza de
pretender desmarcarse argumentando que “somos un partido nuevo” cuando en
realidad se trata de los mismos perros pero con distintos collares, tal como
dice la sabiduría popular. Un partido (CDC, PDeCat o JxC, ¡qué más da!) que,
además de robar a los catalanes (y al fin y al cabo, al resto de españoles), ha
roto Cataluña en dos de forma peligrosa e irresponsable, no sólo frenando la
tradicional prosperidad económica de la Comunidad Autónoma (y de rebote, de
España), sino además pervirtiendo la convivencia en paz entre los catalanes y
la de éstos con el resto de España. Dice Joan Llinares, ex director del Palau,
que “en CiU no decidían los tesoreros, allí mandaba Mas”, señalando al ex President
de Catalunya como la pieza clave en el expolio de la institución y en la
financiación ilegal de CDC; pero Artur Mas, investigado además por otro tipo de
presuntos delitos políticos, se queda tan pancho con dimitir a la fuerza de la
Presidencia de los Convergentes y no se le cae la cara de vergüenza de
manifestar públicamente que CDC ya no existe, cuando él mismo le cambió el
nombre, mientras mentía a diestro y siniestro acusando falsamente a España de
robar a los catalanes mientras preparaba su tránsito de legal nacionalista
moderado a ilegal independentista radical. Pero mientras haya catalanes que.... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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