Con toda la razón del
mundo Pedro Sánchez, refiriéndose al simulacro de democracia que pretenden
protagonizar los independentistas el 1-O, dice en la Fiesta de la Rosa en Gavá
que a tan ilegal referéndum, obviamente prohibido, “lo llaman democracia y no
lo es”, descalificándolo categóricamente al pretender celebrarlo “sin censo,
con las urnas escondidas e imprimiendo papeletas en casa”, por lo que ante “la
deriva de la ilegalidad” presta su apoyo al Gobierno de Rajoy para desenmascarar
y evitar semejante locura. El líder socialista se sitúa así a la altura de un
hombre de Estado en su nueva andadura, dejando atrás viejas aventuras con
compañeros de viaje poco recomendables, aunque cabe el reproche de que el PSC
mantenga su pacto con Ada Colau pese a criticarla por respaldar finalmente la
ilegal consulta, anunciando que ella sí participará en la misma, tras liberarse
de ser ella quien deba ceder locales municipales al responsabilizarse de tan
arriesgada tarea la Consejera de Educación y, por tanto, ponerse a salvo de una
posible inhabilitación. En efecto, Colau, apoyada por los socialistas en el
Ayuntamiento de Barcelona, se abraza al secesionismo y, junto a Puigdemont,
reciben a los 700 alcaldes secesionistas, contrastando con los alcaldes
socialistas que por negarse a ceder locales están siendo insultados y
amenazados por los independentistas, lo que por sí mismo aconsejaría romper
acuerdos de gobernabilidad con ellos tajantemente. Durante tan entrañable
acogida de alcaldes secesionistas por parte de la alcaldesa y el president,
éste advierte de que “no subestimen la fuerza del pueblo de Cataluña” como si
no fueran pueblo, en ese caso, los catalanes representados por alcaldes y
concejales socialistas o esa mitad o más de catalanes que prefieren seguir
siendo catalanes y españoles como sucede desde hace siglos y, por supuesto,
detestan y condenan sin paliativos el aventurerismo totalitario de Puigdemont,
Junqueras, Colau, Anna Gabriel y compañía. Entretanto, fieles a su credo común,
Podemos se une a la CUP y ERC en un acto, celebrado en un teatro de Madrid,
donde convocó a cientos de simpatizantes podemitas a las puertas del recinto
(aun habiendo dentro butacas vacías) para que el diputado de ERC, Joan Tardá,
saliera a hablar con un altavoz para dar sensación de que el auditorio estaba a
rebosar y con su soez y amenazador verborrea arengarles acerca de la bonanza de
su proyecto totalitario. En todo caso, con apoyo socialista o sin él, ya se
especula con que Ada Colau abre la brecha entre Puigdemont y Junqueras ante el
1-O, pues el líder de ERC desconfía del President, entregado a la CUP, y ya
prepara un pacto con los Comunes para después del ilegal referéndum, lo que, en
todo caso, es más vendible al ser ERC y Podemos más afines ideológicamente que
el actual pacto entre la... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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