En plena efervescencia
del demagógico e ilegal “procés” soberanista, las dudas sin resolver de la
investigación de los atentados de Barcelona y Cambrils evidencian que
determinadas demagogias e irresponsabilidades políticas pueden ser muy
peligrosas y, por tanto, hay que despejarlas y erradicarlas cuanto antes para
que los ciudadanos sepan qué nos estamos jugando y obren en consecuencia. En
efecto, mientras Gilles de Kerchove, coordinador antiterrorista de la UE,
manifiesta que “lo de Barcelona volverá a pasar, hay 50.000 radicales en
Europa”, avisando además de que “en menos de cinco años habrá ciberataques a
presas, centrales nucleares y espacio aéreo”, añadiendo que “los bolardos son
necesarios porque hay un efecto claro de imitación en el terrorismo” e
informando de que “usamos big data para detectar los cambios de personalidad de
los yihadistas, pero no basta”, (todo ello pone de relieve el peligro y la
dimensión del problema), resulta que el Govern de Catalunya mintió, demagógica
e irresponsablemente, para ocultar que la alerta llegó a los Mossos, pues, tras
negarlo categóricamente, ahora el Conseller de Interior y el Mayor de los
Mossos admiten que el aviso de la CIA les llegó en mayo. Antes, mientras
condecoraban precipitadamente a los Mossos por su actuación tras los atentados
(la Policía Nacional y la Guardia Civil, con un exquisito historial de lucha
antiterrorista, quedaban excluidas de las condecoraciones), el Govern mintió
descaradamente negando varias veces cualquier contacto con la CIA por boca del
mismísimo Puigdemont (“ya nos gustaría tener relación con la CIA, pero
evidentemente eso no ha ocurrido”), del Conseller Forn (“no tenemos relación
con la CIA, nos encantaría, por lo tanto no hemos recibido información directa”)
y de Trapero, jefe de los Mossos (“es mentira, no es competencia de los Mossos
la relación con los servicios de Inteligencia”). Hoy, tras arremeter contra el
periódico que publicó la existencia de dichos avisos, la Generalitat admite que
tuvo información, aunque, como ya nos tiene acostumbrados, arremete y culpa al
Estado, pues, según el mentiroso consejero de Interior, que finalmente admite
que recibió una alerta de atentado, precisamente en La Rambla, “el Estado dijo
que el aviso no tenía relación con el ataque”, mientras Antiterrorismo confirma
que los servicios de inteligencia de EEUU avisaron a los Mossos casi tres meses
antes del atentado y el Govern, ante la evidencia, reconoce que conocía la
notificación pero que no le dio “credibilidad”. Se conoce además que sí hay una
fluida relación de los Mossos con la CIA ya que reciben cursos en la central de
Virginia, donde se les formó para valorar las alertas de atentado en la central
de Langley. Razones más que suficientes para que Moncloa hoy reproche a
Puigdemont que ocultara la alerta de la CIA, ya que “debe explicar por qué
negó” el aviso de EEUU (además de los avisos desde Bélgica) sobre un atentado
“específicamente en La Rambla”, mientras la Generalitat, con el cinismo que la
caracteriza, intenta sacar ventaja de su propio fiasco diciendo que se intenta
culpar a los Mossos de la matanza, cuando, en todo caso, los responsables son
ellos y no la policía autónoma catalana que simplemente se limita, como la
Guardia Civil o la Policía Nacional, a cumplir con su trabajo, bajo las
directrices recibidas por los mandos, nombrados por los pertinentes gobiernos. El
gravísimo problema es que... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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