viernes, 15 de septiembre de 2017

CATALUÑA, HACIA EL CAOS FINAL


                        Sin lugar a dudas el golpe de Estado protagonizado por el Govern de Cataluña nos conduce inevitablemente hacia el caos final de forma vertiginosa, pues, pase lo que pase el 1-O, se celebre o no el ilegal referéndum, la fractura social en Cataluña ya es inevitable, lo que obviamente tiene sus repercusiones en el resto de España. A los independentistas catalanes, acostumbrados a saltarse impunemente la ley sin que nadie apechugue después con sus responsabilidades, poco les importa ahora que el Fiscal haya citado como imputados, para que respondan ante la Justicia, a 712 alcaldes, dispuestos a ceder locales municipales para la ilegal consulta, con la orden de detención si desobedecen, ni las querellas interpuestas contra Forcadell, Junqueras o Puigdemont y demás miembros de su gobierno, pues desde hace años nadie ha parado su progresiva deriva totalitaria y ahora consideran que nadie podrá parar su golpe definitivo al Estado de Derecho. De entrada la CUP, fiel a su permanente desafío al Estado de Derecho, advierte de que sus alcaldes, apoyados incomprensiblemente por otras fuerzas políticas supuestamente democráticas y no antisistema como son ellos (nadie entendería estos apoyos si se tratara de totalitarios de la extrema derecha), no acudirán a la cita del Fiscal, mientras pone en marcha su campaña electoral de la ilegal consulta animando a la gente a votar “con una sonrisa revolucionaria”. Por su parte Ada Colau, por si algunos tenían alguna duda, sale de su indefinición y decide finalmente que en Barcelona sí se pondrán recintos municipales al servicio de la ilegal consulta, permitiendo a la Generalitat el control de los colegios y diciendo que ella sí irá a votar; es más, lo hace eludiendo su propia responsabilidad y poniendo a buen recaudo su suculento sueldo como alcaldesa, pues, tras pactar con la Generalitat, la Consejera de Enseñanza comunica a la alcaldesa que asume el control de 296 centros escolares desde ahora autoproclamándose como presidenta del Consorcio que gestiona las escuelas e institutos públicos en Barcelona, participado al 60% por la Generalitat y al 40% por el Ayuntamiento, con lo que Colau, aceptando dicha treta no asumiría en principio ninguna responsabilidad y además tiene la desfachatez de afirmar que así evita la cesión de espacios municipales (donde sí se pondrán urnas) “para no poner en riesgo la institución”, desautorizando descaradamente al PSC que la apoya como alcaldesa. Y, rematando la faena, mientras hasta el mismísimo Rosell indigna a la CEOE, la patronal que preside, diciendo que “hay espacios entre sumisión total e independencia”, el Gobierno de Cataluña se instala descaradamente en la desobediencia al enviar Junqueras una carta a Rajoy negándose a rendir cuentas a Montoro, mientras que con Puigdemont, sin que el Gobierno de España lo impida, celebran en la Plaza de Toros de Tarragona un acto unitario independentista para abrir la ilegal campaña electoral, pese a la advertencia del Gobierno de que se incurriría en un delito, donde el President, ante miles de seguidores soberanistas (la plaza se llenó con creces), asegura que el prohibido referéndum ilegal se hará y entre un... (sigue leyendo en

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