miércoles, 13 de septiembre de 2017

PRESIDENT, DEJE EN PAZ A LOS ALCALDES


                        De todo lo acontecido en la celebración de la Diada, que algunos califican como “de la división” (ya hay algunas otras que podrían calificarse como tales), me voy a quedar con la frase que la alcaldesa socialista de Hospitalet, Nuria Marín, le dijo a Puigdemont: “President, deje en paz a los alcaldes”. Y me quedo con la frase por su oportunidad ya que, siendo los alcaldes los gobernantes más cercanos y directos al pueblo, están siendo objeto de acoso intolerable por parte del Govern de Cataluña y por grupos callejeros exaltados de afines al independentismo ilegal que preconiza, especialmente aquellos que, como el de Hospitalet, deciden ponerse de parte de la Ley, y por tanto de la Democracia, en vez de apostar por el desacato a la legalidad establecida y a las decisiones de los tribunales, y por tanto a la Barbarie, que promociona el President y su seleccionado grupo de personas que forman el Govern de Cataluña tras haber purgado a todo aquel que simplemente discrepara con ellos. En efecto, suspendidas por el Tribunal Constitucional, tanto la Ley del Referéndum como el bodrio de Ley de Transitoriedad, y admitidas por el Tribunal Superior catalán querellas contra el Govern, que incluso implican cárcel, todos los cargos públicos y, por supuesto, los alcaldes han sido avisados por Fiscalía de los riesgos que corren si colaboran con el ilegal referéndum del 1-O, mientras el Govern les pide que indiquen qué locales cederá cada Ayuntamiento (mal síntoma ya de la ilegalidad que piensan cometer, ya que en elecciones legales ya sabe cada alcalde qué locales públicos tradicionalmente se suelen ceder y ninguna autoridad superior se los pide) para celebrar la ilegal votación, y ante semejante dilema, los alcaldes demócratas, entre los que se encuentran los socialistas, han optado obviamente por no ceder locales para cometer semejantes delitos, como el de prevaricación, desobediencia, cuando no el de malversación de recursos públicos. Desde el punto de vista del totalitario independentismo, grave decisión por parte de los alcaldes del PSC al rebelarse contra la “intimidación y las amenazas” del separatismo, mientras que los alcaldes independentistas, que gobiernan especialmente en los pueblos más pequeños, ya han respondido a Puigdemont que cuente con su colaboración, quedando la incógnita del Ayuntamiento de Barcelona, pues Ada Colau, sabedora de lo que se juega a nivel personal, deja todavía dudas sobre dicha colaboración, mientras critica a Junts pel Sí por olvidar a la mitad de los catalanes, aunque no tenga reparo alguno para reivindicar con su socio Pablo Iglesias en la Diada un “visca Catalunya lliure y sobirana”, lo que como Jefe de Podemos habrá de explicarle al resto de España en el futuro, mientras un juez prohíbe a Carmena ceder edificios municipales para celebrar un acto pro 1-O en Madrid. Y es que, ya ven, Dios los cría y ellos se juntan con un discurso diferente en cada lugar. Por tanto, mientras Nuria Marín se encara con Puigdemont, Ada Colau sigue sin aclarar si cederá locales, aunque afirma que hará lo posible para que se vote, en tanto que... (sigue leyendo en

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