Saltándose la
Constitución Española, el propio Estatuto de Autonomía de Cataluña y el mero
sentido común democrático, incluido el mismísimo Reglamento del Parlament de
Cataluña, los separatistas, en dos abruptas y esperpénticas sesiones
parlamentarias, imponen su ilegal referéndum y su diseño de República Catalana
en la Cámara Legislativa autonómica, donde su Presidenta, Forcadell, y la
mayoría de la Mesa que preside, en vez de actuar como garante de los derechos
de los diputados de forma imparcial y velar porque se actúe conforme a la
legalidad, decide convertirse en una activista más, pero con el mazo en la
mano, del totalitario “procés” independentista y con nocturnidad y alevosía
permite que se apruebe la ley del referéndum ilegal y la suprema ley de
transitoriedad que, con apariencia chapucera de legalidad, habilite al Govern,
echado al monte desde hace tiempo, para consolidar la ruptura de España. Así,
los separatistas imponen su referéndum, generando una crisis institucional en
Cataluña sin precedentes (bueno sí, con el precedente de la generada durante la
Segunda República, abortada enérgicamente por el Gobierno Republicano),
mientras la oposición democrática denuncia el procedimiento como un atropello a
la democracia y, excepto la marca de Podemos, abandona la Cámara para no
participar en las ilegales votaciones. Tras semejante secuestro de la
democracia para fracturar España, una indiscutible perversión democrática, por
no calificarlo directamente de Golpe de Estado, el Govern en pleno, casi con
los ecos del himno de “Els Segadors”, cantado por los independentistas
presentes, firma la convocatoria del 1-0 después de imponerlo en el Parlament
burlando incluso el veto del propio Consejo de Garantías de Cataluña y contra
los informes de sus propios letrados y el secretario, que ni firma los
decretos. Contra todo y contra todos, los totalitarios independentistas de
Junts pel Sí y la CUP imponen sus ilegales y antidemocráticos objetivos en un
Parlament semi vacío, mientras una diputada de la marca de Podemos en Cataluña
retiraba de los escaños las banderas de España que los diputados del PP habían
dejado, junto a las banderas catalanas, antes de ausentarse, provocando que
desde la dirección de Podemos, que sí participó en la votación absteniéndose,
le llamaran la atención y la requirieran a pedir disculpas, pero ella se negó
en rotundo. Ante tan graves acontecimientos, Rajoy, que acude al Tribunal
Constitucional para impedir la ilegal consulta, se reúne por separado, tanto
con Sánchez como con Rivera, quienes le garantizan total apoyo y sin fisuras al
mantenimiento de la Ley, en nombre respectivamente del PSOE y de Ciudadanos
(éste incluso había anunciado en el Parlament una moción de censura contra
Puigdemont), mientras la... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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