Ante el gravísimo cariz
que está tomando el Golpe de Estado independentista catalán haciendo los
golpistas caso omiso de las decisiones del Tribunal Constitucional, salvo el
cese del “número dos” de Junqueras y la disolución de la Junta Electoral para
evitar las multas inmediatas impuestas por éste (la pela es la pela, que diría
Pujol), la Fiscalía denuncia por sedición a los líderes de la movilización
callejera, ANC y Omnium, el brazo callejero de Puigdemont, quienes se exponen a
una pena de hasta 10 años de cárcel (el Código Penal contempla penas de hasta
15 años por “alzarse contra la ley”) y éstos personajes, al abrigo permanente
de la subvención de la Generalitat, responden con la convocatoria de una
“movilización permanente”, convencidos de que cuarenta años de mentiras y
propagandas antiespañolas, que siempre les salieron gratis, dan lo suficiente
para que bastantes catalanes se pongan de parte del Golpe de Estado y contra la
legalidad democrática (contemplada tanto en la Constitución como en el Estatut
de Cataluña), como si por ser bastantes delincuentes se pudiera permitir la delincuencia
y no pasara absolutamente nada. El delito de sedición, bastante devaluado por
cierto en el Código Penal, que si la Audiencia ve indicios de que el mismísimo
President ha impulsado los disturbios puede pedir al TSJC que le investigue por
tan grave delito, por el que Fiscalía denuncia a los líderes de ANC y Omnium,
se basa (y todos lo vimos por televisión) en que “una muchedumbre se concentró
para impedir por la fuerza las resoluciones judiciales”, según describe el
fiscal, al extremo de que los agentes tuvieron que realizar disparos ante la
sede de la CUP “para evitar un ataque inminente”. Y mientras aún tenemos en la
retina las intolerables imágenes de varios coches policiales destrozados, con
exaltados golpistas subidos en ellos presumiendo de su indecente hazaña (ente
ellos algún cabo de los Mossos, que ya debiera estar expedientado y fuera del
cuerpo), por semejante ataque en toda regla a la Guardia Civil, que simplemente
intentaba hacer su trabajo bajo órdenes judiciales, la ANC, al estilo de los peores
rateros camuflando su botín, vaciaba su sede por si era registrada. Y mientras
Puigdemont podría ser acusado incluso de rebelión (castigado hasta con 25 años
de cárcel) si finalmente declara la secesión y proclama la ilegal independencia
(tal como asegura si en su ilegal referéndum gana el “sí” aunque sólo sea por
un voto), Fiscalía se reserva aplicar este delito, y, por su parte, el Gobierno
sólo pondría en marcha el artículo 155 de la Constitución si cuenta con el
apoyo expreso de PSOE y Ciudadanos, en tanto que Colau impulsa un frente anti
PP con los independentistas, Urkullu asegura que “la solución es un referéndum
legal y pactado”, la patronal catalana propone otro Estatut y un referéndum en
2019 (incluyendo una reforma constitucional con una disposición como la vasca
que recoge el pacto fiscal, mientras Joaquim Gay de Montellá, Presidente de
Fomento del Trabajo, dice “no es cierto que los empresarios catalanes seamos
cobardes, pero vivimos aquí: es fácil ser rotundo desde fuera") y Podemos
asesora a... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario