Mientras la presión
judicial por el referéndum divide a la Generalitat de Cataluña, poniendo de
manifiesto las diferencias entre los consejeros de PDeCAT y los de ERC por
quién firma la compra de las urnas, por ejemplo, EEUU humilla flagrantemente a
Puigdemont y defiende su “fuerte compromiso” con una España “fuerte y unida,
aliada vital, socia y amiga”, poniendo de manifiesto el ridículo más espantoso
del Govern de Catalunya en su intento de buscar apoyos internacionales para su
esquizofrénico y antidemocrático “procés” de independencia unilateral en base a
un supuesto e inexistente derecho a decidir no reconocido por la ONU y, en todo
caso, restringido estrictamente para supuestos de descolonización o de
flagrante atropello de derechos y libertades fundamentales a los habitantes de
territorios afectados por parte del Estado opresor o totalitario al que
pertenezcan, lo que, obviamente, no se da en la España de hoy, incluida
Cataluña, y, por tanto, cualquier intento unilateral de independencia está
condenado al fracaso, salvo que lo decidan mayoritariamente los depositarios de
la soberanía nacional, en este caso, la del pueblo español, es decir, todos los
españoles, y no sólo una parte del mismo, es decir, sólo los catalanes, por muy
mayoritariamente (que no es el caso) que lo desearan y lo manifestaran. En
efecto, ante esta locura totalitaria en que la Generalitat hasta estudia crear
una bolsa de parados para organizar el ilegal referéndum, Puigdemont sugiere a
sus consejeros indecisos, que los hay, que abandonen el Gabinete, mientras
Junqueras obliga a todo el Govern a leer una adhesión a la consulta,
pretendiendo así el vicepresident catalá redactar un manifiesto-compromiso que
quiere que asuman todos los consellers para repartir la pertinente
responsabilidad jurídica, en tanto que la Generalitat admite que hay dos meses
para evitar el colapso, advertencia de la “número dos” de Puigdemont que va
dirigida tanto a Rajoy, que simplemente tiene la legalidad de su parte, como a
las propias filas independentistas, que, sin la legalidad de su lado, habrán de
replantearse su esquizofrénico “procés” totalitario ante un Govern que comienza
a asumir su fracaso, por lo que los independentistas ya buscan a un candidato
“autonomista”, más razonable y democrático, para sustituir al actual President
si falla el “procés” como es previsible. Y en efecto, ante este alocado
“procés”, la Casa Blanca y la Fundación Carter, al igual que otros gobiernos
democráticos e instituciones internacionales, frenan en seco cualquier intento
del gobierno catalán de implicarles en su loca estrategia de apoyo al
soberanismo ilegal, dinamitando la campaña exterior de Puigdemont al difundir
un comunicado oficial en el que define el desafío soberanista como “un problema
interno de España”, de esa España “fuerte y unida, aliada vital, socia y
amiga”. Así pues, la presión de... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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