viernes, 14 de abril de 2017

UNA ESPAÑA FUERTE Y UNIDA


                        Mientras la presión judicial por el referéndum divide a la Generalitat de Cataluña, poniendo de manifiesto las diferencias entre los consejeros de PDeCAT y los de ERC por quién firma la compra de las urnas, por ejemplo, EEUU humilla flagrantemente a Puigdemont y defiende su “fuerte compromiso” con una España “fuerte y unida, aliada vital, socia y amiga”, poniendo de manifiesto el ridículo más espantoso del Govern de Catalunya en su intento de buscar apoyos internacionales para su esquizofrénico y antidemocrático “procés” de independencia unilateral en base a un supuesto e inexistente derecho a decidir no reconocido por la ONU y, en todo caso, restringido estrictamente para supuestos de descolonización o de flagrante atropello de derechos y libertades fundamentales a los habitantes de territorios afectados por parte del Estado opresor o totalitario al que pertenezcan, lo que, obviamente, no se da en la España de hoy, incluida Cataluña, y, por tanto, cualquier intento unilateral de independencia está condenado al fracaso, salvo que lo decidan mayoritariamente los depositarios de la soberanía nacional, en este caso, la del pueblo español, es decir, todos los españoles, y no sólo una parte del mismo, es decir, sólo los catalanes, por muy mayoritariamente (que no es el caso) que lo desearan y lo manifestaran. En efecto, ante esta locura totalitaria en que la Generalitat hasta estudia crear una bolsa de parados para organizar el ilegal referéndum, Puigdemont sugiere a sus consejeros indecisos, que los hay, que abandonen el Gabinete, mientras Junqueras obliga a todo el Govern a leer una adhesión a la consulta, pretendiendo así el vicepresident catalá redactar un manifiesto-compromiso que quiere que asuman todos los consellers para repartir la pertinente responsabilidad jurídica, en tanto que la Generalitat admite que hay dos meses para evitar el colapso, advertencia de la “número dos” de Puigdemont que va dirigida tanto a Rajoy, que simplemente tiene la legalidad de su parte, como a las propias filas independentistas, que, sin la legalidad de su lado, habrán de replantearse su esquizofrénico “procés” totalitario ante un Govern que comienza a asumir su fracaso, por lo que los independentistas ya buscan a un candidato “autonomista”, más razonable y democrático, para sustituir al actual President si falla el “procés” como es previsible. Y en efecto, ante este alocado “procés”, la Casa Blanca y la Fundación Carter, al igual que otros gobiernos democráticos e instituciones internacionales, frenan en seco cualquier intento del gobierno catalán de implicarles en su loca estrategia de apoyo al soberanismo ilegal, dinamitando la campaña exterior de Puigdemont al difundir un comunicado oficial en el que define el desafío soberanista como “un problema interno de España”, de esa España “fuerte y unida, aliada vital, socia y amiga”. Así pues, la presión de... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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