Mientras Esperanza
Aguirre dice estar “conmocionada”, manifestando entre lágrimas que “para mí lo
de Ignacio sería muy lamentable”, y mientras en Génova esperan que “valore”
dimitir de sus cargos, prosigue el curso del procedimiento judicial contra el
ex Presidente de la Comunidad de Madrid, inmersa en la corrupción desde el
famoso “tamayazo”, y su juego sucio. En efecto, el juez dicta prisión sin
fianza para Ignacio González y su hombre fuerte en Iberoamérica acusándoles
nada menos que de organización criminal, blanqueo, falsificación,
prevaricación, malversación y fraude, y vinculándoles a la financiación ilegal
del PP madrileño, dirigido entonces por Aguirre y su equipo, que finalmente
acaba en prisión. Por tanto, lo de Ignacio no sólo es muy lamentable sino
además intolerable y trasciende lo meramente jurídico, con lo que por acción u
omisión, Esperanza Aguirre debiera marcharse y dejar definitivamente la
política ante el hedor insoportable a corrupción de sus hombres de confianza,
de su equipo en la gobernanza de Madrid y no sólo ya de Ignacio González
(Granados, por ejemplo, ya está en prisión a la espera de juicio). La realidad
es que, tras el registro por la Guardia Civil de las sedes de OHL, Indra, PwC,
Cuatrecasas, Saerco, Licuas…y otras investigaciones, el juez dicta prisión
incondicional para González y para su mano derecha, Edmundo Rodríguez, y, entre
otras cosas, señala que el ex presidente madrileño planeaba blanquear dinero
con Eduardo Zaplana, acusando a la trama de desviar a paraísos fiscales 23
millones del Canal y detectando “comisiones prohibidas” en las operaciones… Y
mientras continúan los registros se conocen y publican datos como que Lapuerta
entregó a Génova un documento que detalla el pago en 2007 de 1´4 millones a
través del Anglo Irish Bank; como que la Guardia Civil cree que González
destruyó pruebas y evitó hablar por teléfono tras un chivatazo; como que vendió
una finca de Marbella en plena investigación y ganó 136.000 euros tras
deshacerse de su participación en unos terrenos; como que la trama en una sola
operación en Brasil desvió 23 millones a Suiza, creyendo el juez que la compra
de Imissa estuvo “hipervalorada ficticiamente” para repartir comisiones; o como
que usó empresas interpuestas para financiar al PP madrileño…en fin, todo un
sendero de lindezas que, además del ingreso en Soto del Real de González y de
su mano derecha, supone, de momento y a espera de acontecimiento nuevos, la
imputación de otra serie de ex directivos y personajes, como López Madrid, que
quedan en libertad provisional bajo fianza. En definitiva, el extenso auto del
juez Velasco describe como González y su entorno creó una... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).
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