lunes, 16 de mayo de 2016

PUEDO PROMETER Y PROMETO


                        Emulando a Adolfo Suárez y su famoso “puedo prometer y prometo” como guiño al voto de centro, olvidado con sus simpatías hacia las izquierdas más radicales, Pedro Sánchez es presentado como candidato a La Moncloa por Susana Díaz, quien le avisa de que “para gobernar, el PSOE tiene que ganar”, pues “no podemos conformarnos con ser segundos”, aunque, como es lógico, escenifica una tregua con el Secretario General para evitar el desplome que, de momento, señalan las encuestas. Y tras la designación como candidato, sin primarias y con notables ausencias, Sánchez, recurre a la experiencia para su proyecto de gobierno y presenta el equipo con el que intentará parar la goleada, una especie de “gobierno en la sombra” con la inclusión, entre otros, de Josep Borrell, que compatibilizará el PSOE con su cargo en Abengoa, del senegalés Diouf, que sería Ministro de Inmigración, y de Nuria Parlón, que es partidaria del derecho a decidir, mientras que los críticos le reprochan su “proyecto personal” en el PSOE, culpándole de ignorar al partido en la toma de decisiones y en el diseño del programa. Por su parte Pablo Iglesias declara que “si Podemos gobierna en España, será gracias al PSOE” y que “para ser presidente en un pacto con el PSOE lo que contará serán los votos, no los escaños”, rematando con “me alegro de que Garzón esté más valorado, pero en la coalición con IU hay que ir poco a poco” y con “estoy a favor de la propiedad cruzada en la que un grupo tenga radio, televisiones, papel…”, con el más absoluto silencio respecto al estado de excepción decretado por Maduro en Venezuela. Y todo ello cuando se celebra el quinto aniversario del 15-M, un movimiento que, como ven, acabó apropiado por la izquierda, cuya memoria se guarda en un centro de Lavapiés, y que en la conmemoración cuenta con menos indignados ya que, a pesar de llevar como bandera que su objetivo no era dedicarse a la política ni apoyar a partido alguno, bastantes de los que agitaron entonces las calles están hoy bien instalados en las instituciones y ya no protestan… simplemente se convirtieron en “casta”; así, en el quinto aniversario, con menos indignación y con asistencia moderada, Podemos, heredero directo del 15-M (los más pillos de la clase) no acude... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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