Se equivocó Pedro
Sánchez tras el 20-D vetando al PP e impidiendo así matemáticamente la
gobernabilidad del Estado, tal como se ha comprobado, y se sigue equivocando al
mantener el veto para después del 26-J. Y se equivoca Sánchez porque en
democracia los vetos son nefastos, salvo que se trate, que no es el caso, de
opciones totalitarias que flagrantemente prostituyen el sistema democrático y
actúan al margen de la legalidad vigente para imponer antidemocráticamente sus
objetivos políticos. Incluso ni siquiera en estos supuestos procede el veto
global al partido o a sus objetivos, por perniciosos que sean, sino al
procedimiento totalitario para conseguirlos, pues en democracia cabe cualquier
propuesta que, estando al margen de la Constitución, incluida su propia
derogación, se pretenda implantar siempre que se acaten las reglas de juego
constitucionales establecidas, es decir, la legalidad democrática vigente. Y se
equivocó doblemente Sánchez equiparando en su doble veto a PP con Bildu, dos
opciones que ni en sus objetivos, ni en sus métodos para lograrlos, ni en sus
apoyos ciudadanos tienen la más mínima comparación. Nefastos vetos ya que en
democracia nada ni nadie debe ser excluido ni excluyente, pues son los
ciudadanos, sin vetar a nadie, quienes ponen a cada uno en el lugar que, según
ellos, le corresponde. Cuestión distinta es el mayor grado de compatibilidad o
incompatibilidad ideológico-programática entre unas opciones democráticas y
otras para conformar acuerdos de gobernabilidad, lo que ofrece un variopinto
abanico de posibilidades ideológicas, que, precisamente, es la esencia indiscutible
del sistema democrático. Y, considerando que la gobernabilidad, objetivo
prioritario en democracia (el desgobierno y el caos son el mayor atentado y el
inicio de la anarquía), no exige necesariamente una coalición de gobierno, que
incluso puede no ser conveniente, pero sí contempla vías de entendimiento
político parcial o total con el partido que gana las elecciones, al menos en
cuestiones fundamentales y urgentes, lo razonable y deseable es profundizar en
ellas, que no vetarlas de entrada, para conseguir una investidura con apoyos
activos o pasivos, pero condicionada obviamente al... (sigue leyendo en
Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/)
Cuando las cosas se hacen mal en el tiempo, lo lógico es que se den estas circunstancias. Mucho tiene que cambiar el SOE para hacerse valer en la política de nuestro País
ResponderEliminarCuando las cosas se hacen mal en el tiempo, lo lógico es que se den estas circunstancias. Mucho tiene que cambiar el SOE para hacerse valer en la política de nuestro País
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