Mientras los partidos
quieren acortar los plazos para formar Gobierno, por lo que los grupos se
disponen a acelerar el proceso tras el 26-J para que el debate de investidura
no se demore más allá de julio (ya tenemos bastantes demoras de
ingobernabilidad), Maritxell Batet, “número uno” del PSC por Barcelona como
sustituta de Carme Chacón, reafirma categóricamente: “Descarto de forma total
la gran coalición”, con lo que ya sabemos que, aunque llegase a España el caos,
el PSOE, según ella y su jefe, Pedro Sánchez, se negaría a un gobierno de
salvación nacional por mera cuestión estética, en tanto que su sucursal en
Cataluña, el PSC, no tiene problema alguno en que su jefe, Iceta, participe en
una manifestación independentista contra el Tribunal Constitucional. Y luego se
extrañan de que el PSOE ande buscando la forma de sobrevivir a lo que llaman la
pinza entre PP y Podemos, cuando lo que le hace cada vez más difícil sobrevivir
son sus incoherencias, su indefinición y ambigüedad calculada, sus ocurrencias
y despropósitos, su carencia de liderazgo solvente y la ausencia de un discurso
uniforme y aplicable en todos los territorios de España. Y ante semejante
comportamiento de los líderes socialistas Rajoy se limita a ignorar a Sánchez,
prefiriendo cargar contra Podemos y lo que significa, y, lanzando una ofensiva
contra Colau y Carmena, presentarse ante el empresariado (todos los líderes han
pasado por el Círculo de Empresarios) como el único bastión antipopulista, y
advirtiendo de que no hará nada diferente tras el 26-J, “no soy persona que cambie de opinión
fácilmente” dice, como contraste con las mudanzas de opinión de otros. Por otro
lado Javier Marías, escritor y académico de la Lengua, manifiesta que “Pablo
Iglesias es una figura megalomaníaca”, mientras Cristina Cifuentes afirma que
“Ciudadanos es la cara amable del PP”. Así transcurre la precampaña electoral
en medio de nuevos enfrentamientos entre “okupas” y policía en Barcelona,
mientras Junqueras impulsa la moneda catalana en pleno riesgo de quiebra económica,
favorecido y propiciado por la quiebra política en Cataluña, ya que la
Generalitat tiene incluso el informe para implantar el “eurocat”, que, en todo
caso, ni serviría para pagar el petróleo, ni las deudas, ni casi nada, pero,
¡eso sí!, sería la inútil moneda de cambio con la que los líderes
independentistas totalitarios dotarían a los catalanes una vez fueran excluidos
del euro y de la UE en caso de conseguir finalmente una independencia de forma
unilateral. ¿Cabría descartar un gobierno de concentración nacional, una gran
coalición gubernamental, ante semejante amenaza real a nuestro sistema
democrático? En todo caso, la mejor forma de dilatar en el tiempo semejante
felonía, e incluso evitarla, es no participar, ni favorecer, ni apoyar
gobiernos locales o territoriales dirigidos por independentistas radicales o
populistas trasnochados, ni cogobernar con ellos, ni apoyarse en ellos para
gobernar…. Son simplemente... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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